Anquela, mano izquierda y versatilidad en la pizarra
El andaluz, que en las próximas horas se convertirá en nuevo técnico del Deportivo, destaca por su gestión del vestuario y adaptarse a lo que tiene.
EI Deportivo y Juan Antonio Anquela siguen dando los últimos pasos antes de encontrarse definitivamente. Salvo giro inesperado, la resolución de los famosos flecos llevará al anuncio oficial del andaluz como nuevo entrenador blanquiazul. Carmelo del Pozo ficha experiencia y conocimiento de la Segunda División, pero al mismo tiempo también una figura con mucha mano izquierda en el vestuario. El técnico es conocido por ser un buen gestor de grupos y saber mantener siempre contentos a los futbolistas, al tiempo que los aprieta lo necesario para mantener la motivación.
Sus expupilos destacan la claridad y la transparencia con la que habla, destacando que esa vehemencia que se puede ver en las salas de prensa contrasta con la calma y la comprensión de las que hace gala en privado.
En cuanto a su pizarra, no tiene dogmas. Es un currante y siempre se ha caracterizado por adaptarse a los recursos que le ponen a disposición. Le gusta jugar con dos puntas y en las últimas campañas en el Oviedo ha demostrado su versatilidad. No ha dudado en cambiar a un dibujo con tres centrales para ganar solidez.
Pasional y obsesionado con el juego, odia que lo etiqueten como un entrenador defensivo. Y bien hará en demostrar que no es así si quiere ganarse el favor de una grada de Riazor que acostumbra a no contentarse sólo con resultados.
Tres visitas a Riazor sin triunfo, pero maravillado
A nadie puede extrañarle que, viendo su dilatada trayectoria en el fútbol español, Anquela haya visitado ya Riazor en más de una ocasión. El técnico andaluz tendrá la misión de volver a hacer del estadio herculino un fortín en el que, como rival, él nunca ha sido capaz de llevarse la victoria. Tres veces ha jugado en A Coruña, con tres equipos diferentes. Dos derrotas, la última una goleada (4-0) dirigiendo al Oviedo, y un empate con el Numancia (2-2) son el balance.
Anquela apenas necesitó 90 minutos para entender lo que era Riazor. Después de su estreno en el césped deportivista, en 2012 con el Alcorcón y tras perder 2-1, el entrenador se mostraba impresionado en sala de prensa: “Es un campo de Primera y una afición no de Primera, de Champions. Ahora mismo el valor más grande del Deportivo es el campo. Una maravilla. Este equipo tiene que estar en Primera nada más que por eso”.