Los seis fichajes Oporto-Atlético previos a Felipe: así funcionaron
De Futre a Falcao pasando por la decepción Jackson Martínez. Con un coste total que supera los 100 millones, con resultados muy distintos.
Felipe Monteiro se ha convertido en el primer fichaje del Atlético 2019-20. Firma por tres temporadas, acaba de cumplir 30 años y su precio ha sido de 20 millones de euros. Su llegada está pendiente del recibir el tránsfer internacional. Es el séptimo jugador que en los últimos 32 años ha hecho el trasvase Oporto-Madrid. El primero fue Futre. Después le siguieron Assunçao, Rubén Micael, Falcao, Cebolla Rodríguez y Jackson Martínez. Operaciones con un coste que supera los 100 millones de euros (107), con diversos resultados deportivos. Felipe podría no ser el último. El mexicano Héctor Herrera (29 años) podría ser el próximo fichaje que se anuncie del Atlético 2019-20. Juega con él en el Oporto.
Los seis fichajes del Oporto que ha hecho el Atlético
Futre
Fue el primero. La carta con la que Jesús Gil accedió a la presidencia del Atlético en 1987. Balón de Plata aquella temporada, llegaba del Oporto, con quien ganó la Champions, para convertirse en leyenda. Referente, icono, su precio fue entonces de 400 millones de pesetas (2,4 millones de euros). Fue rojiblanco hasta enero de 1993, tras seis temporadas, un subcampeonato de Liga, dos Copas del Rey y muchas carreras por la banda, pegado a la cal izquierda, con goles como aquel del Bernabéu, en una de esas Copas, la de 1992, a Paco Buyo.
Assunçao
21 años pasaron entre que Futre llegó al Atlético desde el Oporto hasta que lo hizo el siguiente jugador. Se llamaba Paulo también, apellido Assunçao, un pivote defensivo que entonces tenía 28 años. Se desvinculó del club portugués para recalar en el Atlético donde se hizo imprescindible tanto para Javier Aguirre como para Quique Sánchez Flores. Era un soldado, de los futbolistas que le gustan a Simeone. Jugó 147 partidos y formó parte de la plantilla rojiblanca que consiguió volver a ganar. Dos Europa League y una Supercopa. Su hijo, Gustavo, juega en las categorías inferiores del club, se entrena a menudo con el primer equipo y ya ha sido convocado por Simeone esta temporada, ante el Celta.
Rubén Micael
Llegado en el verano de 2011, junto a Falcao, pero nunca llegó a debutar con el Atlético: se le cedió al Zaragoza. Jugó allí 33 partidos y regresó a Portugal, al Sporting de Braga.
Falcao
Es el otro gran fichaje que el Atlético realizó del Oporto. Uno de los mejores 9 del club rojiblanco en su historia. Dos temporadas (la 11-12 y la 12-13), 91 partidos, 70 goles (36 y 34), con un promedio de 0,77 cada 90 minutos. Costó 45 millones (40 más cinco del fichaje de Rubén Micael) con tres títulos y varias actuaciones para siempre, como aquella ante el Athletic y el Chelsea para ganar la Europa League y la Supercopa de Europa. Se fue en 2013 al Mónaco. Se rompió la rodilla. Nunca volvió a ser el mismo. Este verano suena para regresar a LaLiga. Al Valencia, quizá, al Atlético, puede, para ser lo que se quería que fuera Kalinic y no salió: el tercer punta por detrás de Morata y Costa.
Cebolla Rodríguez
Llegó en 2012 libre. Jugó dos temporadas y media, 98 partidos y tres títulos (Liga, Copa y Supercopa de España). Simeone le utilizó a menudo como revulsivo.
Jackson Martínez
Si el colombiano fuera una película se titularía: 'La gran decepción'. Porque así fue. El segundo fichaje más caro que el Atlético ha hecho del Oporto (2015) por detrás de Falcao, apenas pasó cinco meses en Madrid y se marchó rumbo a China tras dejar apenas aquí tres goles. Se quería un Falcao, resultó un 'Tren' Valencia. O peor. Porque el Atlético necesitaba un '9' que acompañara a Griezmann tras la marcha de Costa al Chelsea y de que la temporada anterior a Jackson Mandzukic sólo funcionara media. El club rojiblanco colgó todas las esperanzas en el colombiano, pichichi de la liga portuguesa los dos años anteriores. Y pagó 37,1 millones de euros por ello. Pero nunca se adaptó. Ni por la gracia de Dios (frase con la que solía finalizar sus comentarios en redes sociales) ni la del fútbol. Se fue a China (al Guangzhou Evergrande) en el mercado de invierno de aquella temporada (15-16) por 42 millones. Lo inmortalizó una foto en la que todos sonreían menos él. Pasó por allí con más pena que gloria, hasta sin ficha le dejaron, antes de regresar a Portugal.