REUS
El 21 de mayo puede confirmarse la desaparición del Reus
Se acaba el período de dos meses que establece la ley para que el administrador concursal elabore su informe y, salvo sorpresa, apostará por la liquidación del club.
La resolución dictada por el TAD el pasado viernes, que se hizo pública el lunes, confirma la prohibición del Reus de regresar al fútbol profesional en las próximas tres temporadas. Esta sanción, impuesta tras los continuos impagos a los jugadores del primer equipo, agrava la situación de una entidad que hoy por hoy parece que tiene como único destino su desaparición: el 21 de mayo se acaba el período de dos meses que establece la ley para que el administrador concursal elabore su informe y, salvo sorpresa, apostará por la liquidación del club.
La confirmación de la sanción es el último clavo en el ataúd del Reus, que atraviesa unos problemas económicos gravísimos. Hoy por hoy su supervivencia depende únicamente de una inversión que salve al equipo, pero ese es un horizonte que, tras la sanción, está más que nublado.
El plan original de los nuevos propietarios no vale ya absolutamente para nada y el B (que contemplaba una inversión para intentar subir en un año si se reducía la sanción), tampoco. El club no tiene jugadores del primer equipo, estructura deportiva y los trabajadores siguen sin cobrar. Ni siquiera hay activos que vender (el estadio es Municipal y no hay futbolistas) por lo que el administrador concursal difícilmente podrá elaborar un informe que no conlleve la liquidación, y extinción, del club.
El principal problema al que se enfrenta Clifton Onolfo y sus socios es que una inversión en el Reus, a día de hoy, no tendría ningún tipo de retorno. Al menos no inmediato, pero ni siquiera a medio plazo. El mínimo de tres años en Segunda B implica tres años sin prácticamente ningún ingreso, pues el dinero de las televisiones, en la tercera categoría del fútbol español, desaparece. Además, el Reus es un equipo sin una masa social grande que a golpe de abonos o compra de acciones pueda sostener al club. Por si fuera poco la inversión debería ser más alta de lo normal, pues se ha de reconstruir el equipo. Demasiados indicadores que prevén un inevitable final fatal.