Messi en Anfield: buena intención y un fallo clave
El argentino fue el que más remató del Barcelona. Se vio obligado a bajar para desatascar el juego y perdió influencia cerca del área. Menos regates y un fallo clave.
Leo Messi vivió una noche aciaga en Liverpool este pasado martes. El argentino lo intentó pero no fue capaz de dar el pase a su equipo después de encarrilar el resultado en la ida.
El 10 del Barcelona fue el que más peligro llevó a la puerta de Alisson y obligó al guardameta brasileño a esforzarse para evitar el gol que, prácticamente, hubiera acabado con la eliminatoria para los de Anfield. Una mano en el palo corto y, sobre todo, un tiro que rozó el poste izquierdo fueron los más peligrosos de los cinco remates que Messi hizo en Anfield.
En comparación con la ida, Messi remató más pero peor. En Barcelona, logró dos goles en apenas tres intentos. En Liverpool gozó hasta de una falta similar a la que marcó en la ida que al final no acabó con tan buen resultado como en el Camp Nou. Además de Messi, sólo remataron Suárez, Coutinho y Jordi Alba.
Del balcón del área a guiar las transiciones
El mapa de calor de Messi durante el encuentro de este martes deja dos evidencias claras: al argentino le tocó bajar más y no fueron capaz de encontrarle en la zona en la que genera más peligro.
Al de Rosario le tocó bajar al medio para agilizar la salida de balón como evidencia su zona de calor en el centro del campo y sí, estuvo en la frontal pero no fue capaz de ser decisivo en las veces en las que llegó en carrera. Cuando esto sucedía, Klopp preparaba una trampa defensiva que evitaba el disparo y trataba de tapar todas las líneas de pase posibles. Si se miran sus pases fallados se observa como cuatro son cerca del área y todos con vocación ofensiva y en zona de peligro.
Hasta en otras tres ocasiones, fue capaz de generar oportunidades para sus compañeros pero todas fueron lejos del área.
Si se observa el mapa de calor de la ida, Messi vivió la mayoría del partido en su zona habitual de influencia, las cercanías del área, donde jugó de lado a lado en busca de la mejor ocasión y en un Barça que no le necesitó tanto en la salida de balón como ayer.
Pocos regates en la mitad contraria del campo
Cuando Messi recibió el balón en zona de peligro, una vez más, el buen trabajo de la defensa red evitó que generara superioridades a través del regate. El 10 del Barça intentó un total de cinco y falló uno, quizá el más importante, al recibir un pase de Jordi Alba que le dejaba en buena posición dentro del área. Messi perdió el balón ante Matip, que metió la zurda de manera excelente y evitó una ocasión clara.
En comparación con la ida, Messi regateó bastante menos. En el Camp Nou, el delantero culé se marchó nueve veces con éxito de su marcador generando superioridades y rompiendo el planteamiento de Klopp.
No funcionó su conexión con Jordi Alba
Una de las armas más letales de este Barcelona suele ser la conexión entre Jordi Alba y Leo Messi pero, ayer, ninguno de sus pases acabó en gol del argentino. Messi conectó siete veces con Alba mientras el lateral buscó al delantero hasta en otras nueve ocasiones.
También combinó varias veces con Rakitic (7) y Coutinho (5) y algo menos con Suárez (4 pases). Él fue el más buscado por Busquets y Sergi Roberto, que le dieron el esférico hasta en siete ocasiones.