MVP Messi: marca un gol cada 62 minutos esta Champions
El argentino arrasa en la estadística de la competición. Es el que más tira a puerta, el que más marca y ha sido el MVP en cinco de las ocho semanas que ha jugado.
Messi va disparado hacia la gloria. La del Barça, desde luego, pero también la individual. La UEFA le elegirá este jueves mejor jugador de la ida de las semifinales de la Champions. Será el quinto MVP individual de la temporada para el argentino, que ya en la primera jornada de la fase de grupos confirmó que aquellas palabras del Gamper no se las había llevado el viento. Hizo un hat-trick ante el PSV que confirmó en Wembley con un partido memorable ante el Tottenham. Aquel 2-4 también le valió el premio a MVP del curso. Messi no pudo jugar las dos jornadas contra el Inter de Milán cuando se rompió el radio de su brazo derecho, pero volvió con la fuerza que se había ido. Su gol y su asistencia contra el PSV en Eindhoven le valió otro galardón profesional.
Messi también ha aparecido en los cruces. Decisivo en la vuelta contra el Olympique de Lyon (aunque en esa jornada el MVP fue Cristiano por su hat-trick ante el Atlético), también lo fue ante el Manchester United en la vuelta de los octavos de final) y este martes con otra actuación marciana ante el Liverpool.
Los datos de Messi son espectaculares. Con 12 goles, es el máximo goleador de la competición, cuatro más que Lewandowski y seis más que Cristiano Ronaldo. Messi marca un gol cada 62,5 minutos en la competición y también es el jugador que más ha tirado a portería pese a sus dos ausencias en el otoño.
Messi, que reconoció que por momentos estuvo "asfixiado" por el ritmo que el Liverpool le metió al partido en la primera parte, acabó por tomarle el aire al partido. Después de pedir un penalti de Matip que lo pareció y que Kuipers obvió, fue frenado en la primera parte pero en la segunda ya encontró las zonas para llevar las transiciones de los azulgranas. Ahí encontró la grieta en el Liverpool. Tanto como para hacer el 3-0 y llevar con maestría dos contragolpes clarísimos que Suárez y, sobre todo, Dembélé, mandaron al limbo y que hubieran podido matar la eliminatoria. Al argentino le tocará dar un empujón más hacia la final del Wanda Metropolitano el próximo martes.