LAS PALMAS

Toni Robaina: "A veces me pellizco cuando veo a Rubén a mi lado"

Tímido en el cara a cara, descarado sobre el césped. Hasta en eso es clavado a su padre, leyenda de la Unión Deportiva de finales del siglo pasado.

CARLOS DIAZ RECIODIARIO AS

Tímido en el cara a cara, descarado sobre el césped. Hasta en eso es clavado a su padre, leyenda de la Unión Deportiva de finales del siglo pasado. Podría estar ante el último tren de su vida futbolística. Mientras, disfruta del viaje de sus sueños con algunos ídolos de su infancia.

Toni Robaina o Toni Segura. Dependiendo del foro, así le llaman a usted. ¿Con qué nombre futbolístico se queda?

La verdad es que ni me apellido Robaina. Es el segundo apellido de mi padre, pero escogí ese nombre futbolístico para recordarlo siempre a él. Me gustaba más, y así lo hice.

Para debutar en el equipo de la ciudad de uno puede que nunca sea un mal momento. Con Las Palmas en franca decadencia, ¿hubiese sido mejor su ‘ascenso’ al primer equipo en otro contexto?

a situación fue algo complicada pero quería tener, y aprovechar, este premio lo antes posible. Creo que la oportunidad que me de el míster la aprovecharé, ya sea muy pronto o muy tarde. La querré aprovechar siempre.

Usted no estaba jugando mucho en el filial. De hecho, está a la cola en la lista de minutos disputados con Las Palmas Atlético. Pero viene Pepe Mel, le cita para entrenar y ya ha debutado. ¿Le sorprendió más de lo normal?

Un poco sorprendido sí que estuve. Pero creo que es cuestión de gustos del entrenador. Abajo no contaba con muchos minutos, y en el primer equipo han contado conmigo. Me lo tomo con mucho orgullo, claro.

Debutó el día del desastre contra el Cádiz (0-3). Entró en el descanso sustituyendo a Deivid. ¿Qué le pasó por la cabeza cuando Pepe Mel le dijo que se cambiara para salir a jugar?

Realmente no tenía muchos nervios, estaba calmado. El entrenador me dijo que estuviera tranquilo y que lo hiciera como yo sé, algo que siempre he intentado hacer. Me dio mucha tranquilidad cuando entré en le descanso.

Afirma que Mel le dijo: "Sé tú mismo". ¿Cómo es Toni Robaina dentro del terreno de juego?

Me defino como un futbolista con mucho desparpajo que mira siempre para la portería contraria. Intento tirar para adelante, aunque tampoco quiero decir más. Me dedicaré a jugar y que sean otros los que me juzguen.

Llegó al Betis con 14 años, y a los 18 se fue al Real Madrid. Ha jugado, por tanto, en dos de las mejores y más dotadas canteras de España. ¿Qué siente cuando analiza las instalaciones de la de Las Palmas? ¿Tiene más mérito sacar jugadores así?

Hablamos de las canteras de Las Palmas y Betis, que son más o menos similares. Lo que pasa es que la del Real Madrid es una de las mejores ciudades deportivas del mundo. Económicamente influirá, claro.

¿Sacaría la UD a más jugadores teniendo su propia Ciudad Deportiva?

Bueno... Creo que la cantera de Las Palmas siempre sacará buenos jugadores porque hay bastante calidad en esta isla.

Usted ya es un futbolista fijo, al menos entrenando, con el primer equipo. ¿Cómo le acogió el vestuario de los ‘mayores’?

Desde el primer día, en la caseta me ayudan bastante. Todos los días pero no solo a mí, sino a los demás chicos que han subido. Me hacen sentir como a uno más de ellos.

¿Es tan grande el cambio, de entrenar y jugar, de Segunda B a Segunda A?

Arriba y abajo el fútbol es el mismo, pero sí que se nota más la profesionalidad de los jugadores del primer equipo. Entrenando, jugando... Es distinto, más profesional.

¿Cuáles son las principales diferencias que ha notado usted, a la hora del juego en sí, entre una categoría y otra?
En Segunda B los partidos puede que sean más bruscos, con menos espacios; puedes jugar menos. En Segunda A un fallo te penaliza más, pero encuentras más espacios para jugar.
Cuando llegó al Betis, Rubén Castro, hoy leyenda de la entidad sevillana, era una estrella allí.

Hoy comparten vestuario...

Cuando llegué al Betis era un auténtico ídolo allí. Ahora, compartiendo vestuario con él, me lo tomo con mucha felicidad y orgullo. A veces incluso me tengo que pellizcar para ver si es verdad (se ríe). Aterrizo en el Betis con 14 años, y era mi ídolo. Nunca me imaginé que jugaríamos juntos.

Su padre fue una leyenda de Las Palmas a finales del siglo pasado. También destacó en el Tenerife. ¿En su casa se habla de algo que no sea fútbol?

A no ser que sea con mi madre, mi hermana o mi sobrino, aunque es verdad que ahora no para con el fútbol (se ríe), es muy difícil no hablar de ello durante todo el día. Siempre estamos así.

Muchos compañeros suyos en el Betis o el Madrid se han quedado por el camino. ¿Siente que está ante su última oportunidad?

La oportunidad hay que aprovecharla, y en eso estoy. Trabajaré día a día para intentar quedarme en el primer equipo de la Unión Deportiva lo antes posible. Ese es mi sueño.

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