Aspas acude al rescate de nuevo

La Real comenzó dominando el choque, con la lluvia también como protagonista. Fue muy superior en la primera media hora, con hasta cuatro tiros peligrosos, tres de ellos a puerta repelidos por Rubén Blanco.

Sin embargo, el tanto llegó en una polémica acción, cuando Melero López señaló penalti en una disputa entre Olaza y Oyarzabal. En las diversas repeticiones no se llega a apreciar con claridad la infracción, pero el VAR, tras dos minutos de deliberación, no rectificó la decisión inicial, quizás porque existe un leve contacto y es interpretación del árbitro principal. Tras el suspense, William José no perdonó desde los once metros.

El golpe le vino bien al Celta, que reaccionó de inmediato. Maxi estuvo a punto de empatar en la siguiente jugada con un tiro seco desde dentro del área. Rulli consiguió desviar el esférico con la rodilla. Y poco después, una secuencia que ya no recordaban ni los más viejos del lugar, Aspas fallando un mano a mano. El moañés recogió el regalo de Merino y se plantó ante Rulli, superándole con una cuchara que salió desviada. Incredulidad en Balaídos. Ya en el descuento del primer acto, la Real volvió a amenazar con dos lanzamientos, uno de Oyarzabal desviado y otro de Sandro que detuvo Rubén Blanco.

En la reanudación Aspas explicó que él no falla dos veces. Transformó el penalti que él mismo provocó después de cinco minutos de parón, ya que Rulli tuvo que ser atendido por un golpe en la cara cuando arrolló al moañés. Poco después llegaría otra acción decisiva en el encuentro, la roja directa a William José por un codazo a Okay. Hubo agresión, aunque quizás no fue tan virulenta como para ser expulsado. Eso sí, la reacción del hispano-brasileño fue innecesaria. A partir de ahí, el Celta se hizo con el control del partido y consiguió remontar, como no, gracias al acierto del genio de Moaña. Mallo centró desde la banda derecha y Aspas empujó la permanencia a la red con su privilegiada cabeza. A pesar de la superioridad numérica y del marcador a favor, al Celta le tocó sufrir.

Rubén se erigió en héroe con dos manos salvadoras, una a Sangalli y su espectacular tijera y otra a Zubeldia, que disparó desde fuera del área y el balón se envenenó tras tocar en un zaguero olívico. Maxi sentenció en el descuento al finalizar a puerta vacía una jugada entre Aspas y Boudebouz. Balaídos al fin respiró y la lluvia arreció para dar paso al sol. El Celta sale del descenso, mientras que la Real se aleja del sueño europeo.