La saga de los Montava sigue latiendo en El Collao

Javi Montava todavía tiene 15 años. La próxima semana cumplirá 16. Es cadete, un niño. En su casa se ha respirado fútbol desde que nació. Su apellido le delata. Es hijo del mítico Montava, un mediocentro talentoso que se ganó la vida jugando durante dos décadas en Segunda B. Tocó el cielo en 1999, cuando Manolo Jiménez le firmó para el Hércules tras conocerle del Benidorm.

Como blanquiazul peleó por un ascenso a Segunda, pero se quedó a las puertas tras una nefasta promoción ante Xerez, Zaragoza B y Universidad de Las Palmas. Siguió un año más, pero ya fue un martirio. Hizo carrera en el Ontinyent y Alcoyano, sobre todo.

Dos décadas después de jugar en el Hércules, otro Montava aparece en escena. Su hijo ha derribado la puerta del Alcoyano y se estrenó en una convocatoria el domingo ante el Lleida. Mario Barrera, su técnico, reconoció que iba a seguir contando con ese jugador cadete que dicen que tiene talento y entra por los ojos.

De momento, no se ha estrenado como profesional pero la posibilidad de que pueda hacerlo el sábado en el Rico Pérez, el estadio en el que disfrutó su padre, mantiene en vilo a la familia.

“Entrenar ya con el primer equipo del Alcoyano es un premio. Todavía no tiene 16 años y puede aprender mucho. Si entra en la convocatoria para viajar a Alicante, será muy ilusionante. Podría estrenarse en un campazo como es el Rico Pérez. Yo tengo muy buenos recuerdos de mi etapa en Alicante y ahora vivir un posible debut con mi hijo sería muy bonito”. afirma Montava padre.

Javi, pese a su descarada juventud, es un niño maduro. Este es segundo año en el Alcoyano y Barrera le ha reclutado para que ayude en un momento complicado, justo cuando el equipo de la moral se está jugando la salvación. “Yo estoy muy tranquilo porque para mí ya es un regalo estar con el primer equipo. Pero sería un sueño debutar en el Rico Pérez. Mi padre me habla muchas veces del Hércules y me recuerda que jugó un histórico”, afirma Montava hijo.

Javi, como su padre, es un medio jugón. Un ‘8’ con calidad y desparpajo. “Seguro que no soy tan buen futbolista como él, pero estoy aprendiendo mucho”, comenta el chaval que vio desde la grada la última victoria del Alcoyano en el Rico Pérez. “Estaba en tribuna y no me pude contener con el gol de Eldin en el último momento. Mi padre no lo celebró por respeto”, dice el pequeño Montava.