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REAL MADRID

Las lesiones apartaron a Álvaro Benito de una carrera estelar

Sobresalió desde muy joven en la cantera del Madrid, compartiendo generación con Raúl o Guti, pero nueve operaciones truncaron su prometedor futuro.

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Las lesiones apartaron a Álvaro Benito de una carrera estelar

Nacido el mismo año que Guti (1976) y uno antes que Raúl (1977), a Álvaro Benito, despedido este pasado jueves por el Madrid por sus críticas a algunos jugadores del equipo de Solari en Carrusel Deportivo (SER), se le auguraba una carrera del estilo de las que posteriormente tuvieron quizá sus dos mejores amigos en la cantera blanca. Sin embargo, las lesiones en la rodilla izquierda, con sus correspondientes operaciones y rehabilitaciones, además de un accidente de tráfico, le obligaron a renunciar a ese sueño.

El 13 de agosto de 2003, con 26 años, anunció su retirada con un comunicado. Aquellas frases resumieron un calvario que había empezado el 12 de noviembre de 1996, la noche en Las Palmas en la que que sufrió la temida tríada jugando con la Sub-21 de España ante la de Eslovaquia. "Corría por la banda y choqué con un rival, a nivel del hombro, y al frenar, justo, sentí el dolor en la pierna izquierda. Lo he visto en la televisión, en vídeo, y tampoco observo que pisara mal. Fue al frenar, pero había hecho frenadas como esa 200.000 veces. Hay momentos en que no entiendes por qué te pasan las cosas. Los médicos no me lo han explicado (...)", recordó en 2001 en El País.

Trabajó diez horas al día, se fue de vacaciones con los fisios del Madrid...

De aquel primer mazazo tras el que, como reconocería después en Punto Pelota, trabajó diez horas al día, se fue de vacaciones con los fisios del club o acabó siendo intervenido en nueve ocasiones, no consiguió reponerse del todo por culpa de una primera operación fallida y de las recaídas posteriores. No le ayudó tampoco el accidente de tráfico que tuvo el 26 de noviembre de 2000 y que le causó una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, una fractura del peroné y un esguince en el ligamento lateral interno. Con todo, casi desafiando lo que decía la ciencia, logró regresar y se incorporó al Getafe en la 2002-2003. Pero no duró mucho la alegría: en diciembre de 2002 volvió a lesionarse y al verano siguiente anunció que lo dejaba.