Valencia: un siglo después y tras 46 días del viaje a Singapur
Tal día como hoy de 1919 los fundadores del Valencia FC firmaron el Acta de Constitución del club; hace solo 46 días Alemany viajó a Singapur para defender a Marcelino.
"En la ciudad de Valencia, a primero de Marzo de mil novencientos diez y nueve.
Reunidos los expresados al margen (Augusto Milego, Gonzalo Medina, Andrés Bonilla, Pascual Gascó, Fernando Marsal y Julio Gascó), acuerdan constituir un Club de foot ball y dedicarlo al deporte en general siempre que entre, en los medios de que se disponga esta nueva sociedad, la cual se denominará 'Valencia F.C.'.
Hace hoy cien años se escribió el Acta de Constitución del Valencia FC, club que durante el régimen franquista cambió el orden de sus siglas (Club de Fútbol). El Valencia fue formalmente inscrito en el Registro Civil el 18 de marzo de 1919, fecha que se toma como referencia a la hora de soplas las velas. Pero digamos que fue hoy hace un siglo cuando el sentimiento de miles de aficionados empezó a tomar forma, un sentimiento que latió con toda su fuerza la noche del jueves en Mestalla, la casa del Valencia FC desde 1923.
El Valencia de Marcelino honró a sus fundadores de la mejor forma que puede hacerlo un equipo, compitiendo hasta el final por engrandecer su historia. El Valencia disputará en Sevilla su 17ª final de Copa del Rey. Lo hará 11 años después de su última aparición por una final. El Valencia ha perdido más finales de las que ha ganado, aunque así es fútbol y lo que le acaba haciendo grande es "su voluntad de querer llegar".
El Valencia, además, alcanza la final de Sevilla tras unos años convulsos. Cursos en los que ha coqueteado con demasiada ligereza con el descenso, en los que la nónima de entradores supera la decena y faltan dedos en una mano para contar sus presidentes. Pero también años en los que se quedó a las puertas de poder revertir la tendencia, como en la semifinal de la Europa League contra el Sevilla o en las dos últimas de Copa del Rey contra el Barcelona.
En estos años, desde aquella final de Copa en la que vencieron al Getafe en el Vicente Calderón, la descomposición social y económica del club propició, entre otras cosas, que la entidad fundada por los Mileno, Medina, Bonilla, Gascó y Marsal cayera en manos de Peter Lim, el primer inversor extranjero de su historia, quien allá en Singapur celebraría la noche del jueves, a su manera y costumbres, lo que a 12.000 kilómetros festejaron los 44.000 valencianistas presentes en Mestalla. Quizás el dueño sí estará en Sevilla, quizás, no. Nunca se sabe.
En Sevilla tenía que ser
“Illa, illa, illa nos vamos a Sevilla” fue uno de los cánticos de guerra. Sevilla tenía que ser. Allí se empezó a forjar una de las épocas más doradas de la historia del Valencia. De la Cartuja de Sevilla en 1999 al Estadio Luis II de Mónaco en 2004. Entre aquella Copa del Rey que ganaron los de Ranieri con goles de Mendieta y Piojo López y la Supercopa de Europa, dos finales de Champions, dos Ligas y una Copa de la UEFA. El club cuyo corazón empezó a latir hace un siglo cuenta en sus vitrinas con 6 Ligas, 7 Copas del Rey, 1 Supercopa de España, 1 Recopa de Europa, 1 Copa de la UEFA, 2 Copas de Ferias y 2 Supercopas de Europa.
El Valencia, con la final del próximo 25 de mayo, ha logrado ya en el peor de los casos mantener su ‘costumbre’ de jugar mínimo una final por década desde los años 30y está a 90 minutos contra el Barcelona de poder tocar metal al menos una vez en cada década desde que ganara la Copa del 1941.
El Valencia de Marcelino, además, puede decir hoy que es junto al Barcelona de Valverde el único club español que sigue compitiendo por sus objetivos en tres competiciones. En el caso de los blanquinegros, mantienen sus opciones por meterse en zona Champions en Liga (aunque no están donde debieran), el jueves disputará la ida de los octavos de final de la Europa League contra el Krasnodar y el 25 de mayo jugará la final de Copa.
La reunión de Singapur
El Valencia, así es el fútbol y es una lectura que no debe olvidarse, se sacó un billete para la fiesta de Sevilla apenas 46 días después de que Mateu Alemany viajara (junto al presidente Anil Murthy) a Singapur. El director general, alma máter del proyecto, se desplazó al sudeste asiático para convencer a Peter Lim de que lo mejor para el proyecto era la continuidad de Marcelino.
Durante días, por varias semanas, por Valencia se hablaba de “cente-agrio’ más que de ‘centenario’ y el asturiano salía a juicio por partido. Pero, amén de que Alemany hiciera bien su trabajo en Singapur, basándose en datos y en el sentir general del vestuario (aquel abrazo de Parejo a Marcelino tras su gol ante el Valladolid es una de las imágenes de la temporada blanquinegra), algo bueno tenía que tener que el dueño del club habite tan lejos.
Lim no se contaminó de la corriente que pedían la cabeza del asturiano. Lim se dejó aconsejar por su director general y por las sensaciones que transmitía el equipo más allá de los empates. Y así, solo 46 días después de esa reunión en Singapur, el día en el que se cumple un Siglo del Acta de Constitución del Valencia FC, Lim, Alemany y también el público de Mestalla (que nunca cantó "Marcelino vete ya") reciben la recompensa a la apuesta por un proyecto: el Valencia vuelve a estar en una final, un elemento clave para crecer, un paso firme para volver a ser.