El Cádiz frena la reacción grana y hunde al Nàstic
Los catalanes dieron otra imagen, pero volvieron a perder y ha sumado cinco de los últimos 18 puntos en liga.
Nadie podrá reprocharle actitud o intensidad al Nàstic, que peleó hasta la extenuación, liderados por Luis Suárez, para lograr al menos un empate. Pero no lo lograron, y el resultado fue el mismo que tantas otras tardes: una nueva derrota. Y esta se forjó en gran medida por el buen planteamiento del Cádiz, que buscó y encontró la espalda de los centrales granas pero sobre todo por su efectividad: convirtieron tres goles en pocas llegadas.
La primera parte, como buena parte del partido, fue trepidante. Bernabé desbarató la primera acción peligrosa del Cádiz con una doble intervención de mérito, pero nada puedo hacer en el gol de Machís. Los de Cervera, a tres toques, cuajaron un contraataque de libro: balonazo a la espalda de los centrales, tacón de Querol para habilitar a Machís y golazo del delantero. Pero, con el Nàstic noqueado, Sergio Sánchez perdió un balón en la salida y Suárez empató el partido: su cambio de ritmo fue inasumible para Kecojevich, su remate imposible para Cifuentes.
Con empate en el marcador fue siempre el Cádiz quien rondó la meta de Bernabé, gracias en gran medida a un Machís descomunal. Pero, para desgracia visitante, se lesionó. La desgracia, sin embargo, vino acompañada de un golpe de suerte: Kanté remató a su propia puerta y de forma incomprensible, un córner en contra.
La situación emocional del Nàstic no es evidentemente la mejor y, tras el 1-3 de Manu Vallejo, pocos apostaban por la reacción grana. Con prácticamente toda la segunda parte por delante los de Enrique Martín se veían fuera del partido hasta que un error arbitral les metió de lleno en el choque: el colegiado pitó penalti en una falta cometida al borde del área y Kanté recortó distancias. El propio Kanté pudo empatar en el 66’ y Querol, en la acción inmediatamente posterior, tuvo una clarísima para el 2-4. Como es lógico fueron los locales quienes más buscaron la portería contraria, pero con más intención que efectividad. Cifuentes no sufrió.