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BARCELONA-REAL MADRID

Este Real Madrid es otro: lo que ha cambiado desde el 5-1

El Madrid de Lopetegui llegó al Camp Nou tras haber atravesado una sequía goleadora de más de ocho horas. Éste, tras cinco triunfos. Son sólo algunas diferencias.

Madrid
Ramos y Lucas Vázquez celebran el gol del Real Madrid en Barcelona.
Ramos y Lucas Vázquez celebran el gol del Real Madrid en Barcelona.JAVIER GANDUL

Son 101 días los que han separado las dos visitas del Real Madrid al Camp Nou esta temporada, con resultados e imágenes bien diferentes: en la primera ocasión salió escaldado y goleado, y Julen Lopetegui se marchó de allí tocado de muerte para ser destituido al día siguiente; en la segunda, ya con Solari en el banquillo, el Madrid cosechó un valioso empate que tendrá que hacer bueno en la vuelta para alcanzar la final de Copa. Es el mismo equipo, pero en muchos sentidos se trata de dos Real Madrid diferentes.

Los entrenadores

El Madrid de Lopetegui llegó al Clásico en situación de emergencia: a cuatro puntos del líder, el Barcelona, y con un registro de partidos durante el curso impropio del equipo blanco: seis victorias, dos empates y cinco derrotas. Tras el doloroso 5-1, Lopetegui fue cesado y llegó Solari, que alcanzó su primer Clásico con números mucho más solventes: 18 victorias, un empate y cuatro derrotas en 23 partidos. Esa mejora en la trayectoria blanca también se hizo notar en la ida de semifinales de Copa, que acabó en empate a uno.

Las alineaciones

Cinco diferencias separan al once que alineó Lopetegui en Barcelona el 28 de octubre del que sacó el pasado miércoles Solari: Courtois, Nacho, Casemiro, Isco y Bale. En lugar de estos jugadores, Solari optó por Keylor (la Copa es su torneo), Carvajal (en octubre estaba lesionado), Marcos Llorente (se ha ganado con rendimiento la confianza del argentino, aunque se retiró tocado), Isco (no cuenta para el rosarino) y Vinicius (le ha ganado la partida a Bale, que deambula entre lesiones y esa introspección que tan poco bien le hace a su juego).

Los números

Ningún número relata tan claramente lo que fueron ambos partidos: 5-1 y 1-1. En el primer partido, el Madrid se derritió en la segunda parte, después de firmar un primer tiempo muy pobre y una reacción decente tras el descanso. En el segundo encuentro logró adelantarse, pudo rematar al Barça y al final fue empatado, pero aguantó el tipo y sacó un resultado prometedor. Curiosamente, el Madrid el 5-1 tuvo más el balón (47%) que el del 1-1 (43%); también remató mucho más en aquella derrota (13 veces, cuatro a puerta) que en el empate (seis remates, dos a puerta). La clave estuvo en la defensa: en octubre el Barcelona remató 11 veces, ocho a puerta, el 73%; el miércoles se quedó en seis remates, tres a puerta, el 50%. El Madrid de Solari supo frenar mucho mejor el caudal ofensivo culé y por ahí cimentó su valioso empate.

Los momentos de forma

El punto en el que se encuentra el Madrid ahora muy poco o nada tiene que ver con aquel que visitó el Camp Nou en octubre. Ese Madrid de Lopetegui venía de una victoria, un empate y cuatro derrotas en los seis partidos anteriores, encadenando además ocho horas y un minuto sin marcar, la peor sequía en la historia del club blanco. Éste último llegó en plena inercia vencedora: cinco triunfos seguidos, con 16 goles marcados en ese tramo.

Y luego están los momentos individuales, que tuvieron su peso en el partido: Benzema lleva seis goles y una asistencia en los últimos cinco partidos del Madrid (en todos marcó o dio un gol), Vinicius encadena diez titularidades seguidas y apunta al derbi, Ramos ha recuperado su mejor nivel y junto a Varane fue un muro para secar varias de las acometidas azulgranas, Keylor no acusa la falta de minutos y firmó una gran actuación, con dos buenas paradas, una acrobática ante Luis Suárez... El gran lunar del Madrid sin duda fue Marcelo, un coladero al que Malcom desbordó siempre que quiso.