El Huesca golea al Valladolid y mantiene la esperanza
Los oscenses se aprovecharon de la falta de contundencia de los pucelanos para golear en la segunda parte. Enric Gallego, Pulido, Moi Gómez y Chimy Ávila, autores de los goles.
El Huesca no se rinde. Lo tiene complicado, sí, pero al menos ve una luz después de conseguir su tercera victoria con una contundencia inusitada ante un Real Valladolid desconocido. Ni atacó bien, ni tuvo contundencia en defensa y sin esas premisas, el equipo de Sergio se mostró como un conjunto vulgar, muy vulnerable, sin ningún tipo de argumentos, encajando la mayor goleada desde que el técnico se hizo cargo de la nave pucelana.
El partido comenzó loco. Lejos del previsible ritmo pausado del Real Valladolid para tratar de calmar el ansia oscense, el encuentro empezó como un correcalles donde hubo ocasiones en las dos porterías. Las tres primeras oportunidades fueron de cabeza. Primero remató Alcaraz y detuvo Santamaría, en la portería contraria Enric Gallego remató fenomenal también con la testa, pero entonces fue Masip el que detuvo. Como no hay dos sin tres, Plano cabeceó para que el meta oscense detuviera. Fueron 10 minutos de ritmo e intensidad, la que tuvo Enric Gallego para robarle la cartera a Fernando Calero, que se durmió en el centro del campo. El delantero catalán se retó con Masip y salió triunfador marcando su primer tanto en Primera División. Al Valladolid le costó asimilar el golpe. Ha empezado perdiendo 15 de los 22 encuentros de esta temporada. Etxeita casi se marca en propia portería antes de que Cucho pusiera a prueba a Masip en una falta, como Yangel en un lanzamiento lejano. Justo antes del descanso, el balón dio claramente en la mano de Insua, pero ni el colegiado ni el VAR observaron penalti.
Lejos de volcarse como suele ser habitual en el Real Valladolid en las segundas partes, el control del partido pasó a ser claramente del Huesca. Yangel probó de nuevo al meta pucelano antes de que Pulido marcara a la salida de un córner de cabeza. El golpe volvió a ser tremendo y el KO pucelano llegó dos minutos después cuando Moi Gómez se aprovechó de la falta de contundencia de la defensa visitante para hacer el tercero. El equipo de Sergio era irreconocible. Ninguna de sus señas de identidad aparecían. Ni defendía bien, ni llegaba a la portería contraria. Sólo Alcaraz en un lanzamiento de falta estuvo cerca de marcar, pero el balón se fue por poco. Marcó Plano, pero el gol lo anuló el VAR por fuera de juego. No lo hizo, sin embargo, con el de Chimy Ávila, que pareció claro también, pero este sí fue válido y el conjunto aragonés llegó plácidamente al final del partido y disfruto de su victoria, mientras que el Real Valladolid, desconocido, deberá curarse las heridas para el partido ante el Villarreal de la semana que viene.