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ENTREVISTA GARRIDO

Garrido se va de Marruecos orgulloso por sus éxitos

El técnico español repasó su trayectoria en el Raja de Casablanca y aseguró haber logrado "éxitos impensables en una situación de grandísima inestabilidad".

Actualizado a
Juan Carlos Garrido dirigiendo un entrenamiento del Raja Casablanca
ISSOUF SANOGOAFP

El entrenador español Juan Carlos Garrido, que llegó este viernes a un acuerdo amistoso de rescisión de contrato con el Raja de Casablanca, se marcha de Marruecos tras una etapa de 20 meses "muy satisfactoria" en la que logró "éxitos impensables en una situación de grandísima inestabilidad social y económica en el club".

En una entrevista telefónica con Efe poco antes de que el próximo domingo emprenda su viaje de vuelta y regrese a su Valencia natal, Garrido reconoció que ha tenido que "ceder" ante el Raja para acabar "de forma amistosa", después de cuatro días de intensas negociaciones abiertas
cuando el lunes el club anunció que prescindía de sus servicios.

En su temporada y media al frente del equipo verdiblanco, uno de los históricos de Marruecos, Garrido logró una Copa del Trono y una Copa Confederación africana (el segundo título continental), lo que para él puede considerarse "un milagro" dada la inestabilidad en el club.

Efectivamente, Garrido ha conocido a tres presidentes distintos durante su tiempo en el club, quienes han tratado de imponerle sus propios estilos y le han dificultado la continuidad en el modo de gobernar el banquillo. 

Pero además, cuando él llegó al club, el Raja se encontraba sumido en una crisis sin precedentes, que se traducía en impagos de las nóminas, huelgas de jugadores que no acudían a entrenarse y la consiguiente marcha de algunos de ellos, lo que sin duda repercutió en esa primera temporada, que aun así terminó con un triunfo en la Copa del Trono.

Garrido trató de imprimir en el banquillo del Raja "disciplina y profesionalidad desde el primer día" para hacer que los jugadores dieran lo mejor de sí, pero reconoce que hubo casos de "personas no acostumbradas a rendir a ese nivel de exigencia", aunque subraya que fueron los menos.

Fue muy sonado el gesto obsceno que un jugador del Raja (Zakaria Hadraf, castigado con tres partidos de suspensión y 900 euros de multa, dedicó al portero de su propio equipo hace menos de un mes, pero Garrido lo minimiza y recuerda que sus jugadores han estado sometidos a una gran presión.

Así, sostiene que en solo seis meses han jugado 36 encuentros en cuatro competiciones (liga y copa nacionales, campeonato africano de clubes y campeonato árabe), lo que ha significado quince partidos mas que muchos de sus rivales.

El español se lleva de Marruecos un buen sabor de boca, conseguido principalmente por "el gran reconocimiento del público".

"Sentir que el aficionado te reconoce en la calle, te valora y te aprecia, es una de las cosas más importantes del fútbol", subraya.

En cuanto al fútbol marroquí en general, que ha dado su gran salto en el último Mundial de Rusia, Garrido considera que cuenta con dos grandes ventajas de partida: dispone de muy buenos estadios y una gran pasión por el fútbol a nivel popular, que hace que se llenen los campos.

En su opinión, el gran reto del fútbol marroquí es la formación, la inversión en escuelas futbolísticas para formar a niños desde niveles infantiles, un proceso que en España se hizo hace 30 ó 40 años y ahora se ven sus frutos, recuerda.

Aunque reconoce que ha tenido en los últimos días "algunas ofertas" de las que prefiere no hablar, Garrido solo piensa ahora en regresar a Valencia a descansar.