El partido de la primera vuelta entre Sevilla y Real Madrid se recuerda por el gran fútbol desplegado por los de Machín y también por el gesto de profesionalidad que tuvo su portero, el checo Tomas Vaclik, que tuvo que jugar el choque sin haber podido dormir.
Y es que la noche antes al partido, la hija del guardameta sevillista tuvo un percance doméstico bastante serio, puesto que cayó desde una altura considerable y tuvo que ser llevada de urgencia al hospital. Vaclik, como es lógico, no se despegó de la cama de su hija, pero decidió jugar el choque en cuanto tuvo noticias de que su pequeña no había sufrido ningún percance grave y que se recuperaría sin problemas.
La noticia no se dio a conocer por petición del club, pero tras el partido se publicó el vídeo de la charla de Machín a sus jugadores tras haber ganado al Real Madrid. En ella, el técnico agradeció delante de todo el vestuario al checo la profesionalidad demostrada, lo que fue correspondido con los aplausos de sus compañeros. Aquel día, como casi siempre, hizo un partido perfecto.