COPA | BARCELONA 3 (4) - LEVANTE 0 (2)
Dembélé se hace querer
Un doblete del francés y otro gol de Leo Messi llevan al Barça a su remontada en medio de la conmoción por la posible alineación indebida de Chumi en la ida.
Mientras en los despachos se revisan reglamentos, circulares, códigos, jurisprudencias, antecedentes, expedientes, recursos, actas, resoluciones administrativas y legajos varios para que los abogados jueguen un nuevo partido en los despachos, en el campo siguen mandando jugadores como Dembélé y Messi. A expensas de los recursos respecto a la alineación de Chumi en la ida, en el campo el Barça se clasificó para cuartos (supuestamente) al ritmo de las carreras del francés y de los pases del argentino. Sin prisa, pero sin pausa, el Barça liquidó al Levante por 3-0 en un encuentro que valió la pena por las carreras de Ousmane, un tipo que probablemente no tiene ni idea de que es el TAD, la RFEF, una simultaneidad de fichas o un recurso. Corre y juega. Dembélé ya le mola al Camp Nou.
Salió el Barcelona a jugar con una suficiencia extraña que no evocaba para nada una noche de remontada. Los primeros minutos del equipo blaugrana no fueron los que se esperan de un conjunto que tiene un resultado para levantar. Con una alineación en la que Messi era el falso nueve con Coutinho y Dembélé abiertos a banda, los culés comparecieron sin querer agredir de salida. Esperando su ocasión ante un Levante tan digno como hace una semana.
No pasó nada durante un cuarto de hora, que, oh sorpresa, fueron los quince minutos que necesitó Messi para entrar en el partido. A la que el argentino decidió intervenir, el Levante empezó a darse cuenta de que este partido nada tenía que ver con el de Orriols.
Y para prueba, que le pregunten a Aitor, el portero granota que en la primera parte tuvo que intervenir ocho veces para evitar el gol blaugrana. Messi fue el que más le puso a prueba, pero la versión letal del argentino se desató desde la zona de creación asistiendo a Dembélé, un cachorro desbocado que disfruta corriendo a buscar las pelotas que le lanza su maestro. Tanto da que llegue o no, siempre tiene una carrera más que ofrecer.
Ante la opción del toreo de salón que ofrecía Coutinho en la banda izquierda guardando la pelota y el vértigo de Dembélé en la derecha, Messi optó por lanzar el hueso al francés una y otra vez. Dembélé, que batió dos veces en dos minutos al rival siempre con la colaboración de los rivales (Cabaco primero y Aitor después), ya tiene ese aura de jugador peligroso que entusiasma a la grada.
Los destellos del francés dejaron a los culés con la eliminatoria superada a la media parte, pero Aitor con una serie de acciones milagrosas se encargó de mantener la esperanza de los granota, que estaban a un gol en la segunda parte de meterle el miedo en el cuerpo a los de Valverde.
Pero nada más empezar el segundo tiempo los dos grandes protagonistas del partido decidieron cambiar papeles. Si hasta ese momento Messi asistía y Ousmane remataba, llegó un pase magistral al espacio del francés a Semedo que asistió a Messi para que batiera a Aitor.
Con el 3-0 y la eliminatoria ya encarada a falta de la confirmación administrativa, Valverde realizó un movimiento extraño retirando a Coutinho, que no estuvo mal, pero que falló a la hora de matar para dar a entrada a un Luis Suárez que si fue al campo se supone que fue para jugar unos minutos de relleno.
El Levante tenía muy claro que la eliminatoria podía ganarse sólo en los despachos por el caso Chumi. En el campo, el Barça pasó con Messi silbando, Dembélé disfrutando y el Levante sin defender lo que le costó tanto ganar en la ida.
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