'Gironazo' en el Metropolitano
Empató 3-3. Marcaron Kalinic, Correa y Griezmann para el Atleti a quien anularon dos goles por fuera de juego. Valery, Stuani y Doumbia para el Girona. Se lesionó Saúl.
La noche de Copa se llevó por delante el Atlético, en un partido que pareció escrito por un guionista de los viejos tiempos. Porque hubo de todo. Emoción, remontadas, dos palos (de Correa y Godín), dos goles anulados (a Kalinic y a Arias), seis en el marcador, cinco chequeos de VAR y un Atleti que lo tuvo en el 84' y vio, cómo en el 88', se escapaban los cuartos y la competición, en una contra del Girona que ninguna pierna frenó. Fue el último golpe a un Metropolitano que lo vivió todo con el corazón en la garganta.
Había cometido Simeone una temeridad: en una competición en la que no juega Oblak, quitarle a su equipo a Griezmann, la otra pieza del binomio sobre el que se sustentan sus victorias. Comenzó en el banco, como Rodrigo y Lucas. Vitolo ni siquiera se llegó a vestir. Otra lesión muscular, el drama de cada partido. Jugó, sin embargo, bien el Atlético. Llegando con claridad, buscando siempre la espalda de sus tres centrales. Así llegó el 1-0. Porque anda el Atleti buscando 9 y en el 12' Kalinic alzaba la mano para rematar a bote pronto un pase extraordinario de Godín, desde su campo. En ese momento, el Atleti estaba en cuartos. Y manejaba a su antojo a ese Girona que tanto le cuesta.
Un Girona, como hace una semana, con suplentes y chavales, pero un coco: Stuani. Controló el Cholo mientras taponó las subidas de los carrileros de Eusebio, Valery y Pedro Porro. El Girona no se acercó por el área de Adán, salvo una cabalgada de Lozano, hasta después de que Kalinic volviera a alzar la mano a la media hora. Empujó en la línea un rechace, gol. Pero el asistente alzó también la bandera. Fuera de juego, muy justo, pero el VAR no modificó. Sus dos minutos de revisión, eso sí, se hicieron largos como dos años en la tarde gélida del Metropolitano. Cuando el partido regresó ya no volvió a ser el mismo. Se enfrió el Atleti, se destensó, se fue su control. En la jugada siguiente, recibiría la primera cuchillada del Girona.
Controló con el pecho Valery un centro desde la derecha de Pedro Porro. Correa mira, Arias también. El chaval desenfunda la bota y se saca una volea imparable. 1-1. El partido de los empates, un Atleti-Girona, otro resultado no parece posible entre estos dos equipos, miraba la prórroga cuando se iba al descanso.
Cuando el partido regresó del reposo, Grizi ya calentaba fuerte en la banda y Correa estampaba un latigazo desde fuera del área que se le escapó a Iraizoz y besó el palo antes de irse fuera. Entonces, otro imprevisto, otro jugador con un mordisco en la pierna, Saúl. Entra Rodrigo. Cuando iba a hacerlo Grizi, al fin, que ya le había regalado el Cholo a Eusebio una hora de su ausencia, vino el coco: Stuani.
Cabeceó sin oposición una falta lateral que lanzó Aleix García ante la mirada atónita del Metropolitano. Godín cayó al suelo, le han empujado. El VAR revisa y no ve falta. El gol sube. 1-2. El Atleti está fuera de la Copa, de los cuartos. El milagro se llama dos goles. El milagro se llama Griezmann, que mientras el VAR revisa salta al campo por Koke. Cinco minutos más tarde, se cuela entre un batiburrillo de defensas y le entrega un balón a Correa que bate a Iraizoz entre las piernas. Empujaba con la voz el Metropolitano, su Atleeeti infinito, sus banderas al aire, aunque siga atónito. Que el Girona tenga tanto con tan poco, dos goles con sólo dos disparos.
Mientras, aquella otra portería, la de Iraizoz parecía frotada con ajo: el larguero escupía otro balón, un cabezazo de Godín. Se lanzaba sobre ella el Atleti con la prisa del último minuto y el nunca dejes de creer en las piernas. Y llegaba el milagro, la remontada. Gol de Arias. Pero anulaba el juez de línea, otra vez su bandera en alto. El parón de VAR ratifica. Justo justísimo, milímetros de bota. Pero ahí estaba Griezmann, y justo después volvió a ondear su capa. Fue tras una delicia de pase del Lemar que cuesta 70 millones que Grizi, sin ángulo alguno, envió a la red. Minuto 84', 3-2, locura, ahí estaba el Atleti, de nuevo en el bombo, rompiendo el empate que le sacaba. Hasta la vuelta de Lucas se había diluido entre tanta emoción.
Entonces corrió el Girona y en este Atleti antaño granítico, frontón, nadie lo frena. Centró Pedro Porro, remató Borja García y Doumbia desvió para colársela entre las piernas a Arias y a Adán y devolver el empate, apagar el Atleeeti, apearlo de Copa. Tan pronto, en octavos. Tan cerca ayer del 90'. Y el milagro.
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