Borja Iglesias: “Tras la Navidad no me bastan otros ocho goles”

¿Cómo son las vacaciones navideñas de Borja Iglesias?

Las paso en mi ciudad, Santiago de Compostela, con mi familia y amigos. Trato de desconectar para volver con las pilas cargadas. Cada vez que volvía a casa por estas fechas, el comentario era “bueno, a ver cómo va” o “te estás haciendo mayor”. Y este año por fin juego en Primera División, así que puedo disfrutarlo con quienes me quieren. ¡Qué más puedo pedir!

Nada que ver, por lo que salta a la vista, con esa Navidad de hace diez años, la primera que usted pasó en la cantera del Valencia…

La primera fue complicada. Había estado muy a gusto en Valencia hasta ese momento, el primer tramo de la temporada, pero a la vuelta de las vacaciones navideñas en Galicia me costó mucho porque es cuando me di cuenta de que mi gente estaba a mil kilómetros. Fue ese tramo entre los 14 y los 15 años. Pero lo superé y después ya no volví a sufrir así.

El esfuerzo, está claro, mereció la pena.

Sí, y en buena parte obedeció al apoyo de mi familia. Mis padres me insistían mucho en que tenía que aguantar, que superara ese momento, y que ya luego si a final de temporada decidía que no quería seguir, al menos habría aguantado aquel año. Sinceramente, lo mejor que hice fue hacerles caso.

Y aun así, no logró debutar en Primera hasta los 24, hace ahora cuatro meses y ya como futbolista del Espanyol. No es un caso típico…

Es cierto. Pero yo lo siento como que al final he llegado cuando me tocaba. Cada uno cumple etapas de una forma singular y yo me siento muy satisfecho con las mías. De todas he salido muy reforzado, he crecido como persona y jugador, y he llegado en un momento en el que creo que estoy preparado para vivir lo que estoy viviendo. Es bonito afrontar un reto con esa fuerza y esa capacidad. Obviamente que me gustaría haber llegado antes, me encantaría llevar cinco años en Primera, pero la verdad es que no cambio lo que he vivido porque ha sido todo muy bonito.

De ahí quizá la naturalidad y normalidad con la que afronta la vida. Ocho goles e ídolo en el Espanyol en sólo unos meses. ¿Cómo se consigue esa empatía?

A nivel goleador estoy contento. He tenido situaciones para marcar alguno más, pero seguramente alguno de los que hice era más difícil de lo que parecía. Así que en general estoy satisfecho, sobre todo los que sirvieron para que el equipo puntuase. Y lo otro es difícil de explicar. Ya me sucedió el año pasado en Zaragoza, y ahora aquí, que he caído de pie. La gente me tiene aprecio y me regala mucho cariño. Yo sólo trato de corresponderlo, nada más.

¿Quizá la clave radique en ser siempre positivo?

Todo el mundo tiene épocas. Yo vivo un momento muy especial, soy muy feliz, y lógicamente es más fácil ser positivo cuando tienes esa aura alrededor. Intento ser lo más cercano y normal posible. Cada uno tiene una forma de ser.

¿Cómo puede el perico mantener la sonrisa cuando su equipo pasa de acariciar el liderato a la zona media de la tabla en apenas seis jornadas?

La gente estaba muy ilusionada. Y es cierto que hemos pasado un momento complicado, pero yo siempre veo estas situaciones como una oportunidad de crecer, de salir reforzados y ser mejores. El fracaso forma parte de la vida, en cualquier faceta, porque cuando intentas algo puedes acertar o fallar. Nosotros hemos acertado durante buena parte de la Liga, y esta última etapa nos ha penalizado, pero conservamos la misma ilusión que hace mes y medio cuando llevábamos 21 puntos.

En ese tramo, usted encadenó cinco jornadas marcando e incluso igualó el mejor registro de Tamudo. ¿Palabras mayores?

Sí, y un día incluso lo hablé con él. Me dio la enhorabuena, me dijo que estaba contento por verme en esa forma. Le comenté la ilusión que me hacía estar apareciendo en tantos titulares con su nombre al lado. Y me contestó que se alegraba mucho, ¡pero que tampoco me fuera a pasar! (ríe). Es muy cercano y agradable. Y es especialmente bonito poder igualar alguna cosita como ésta dentro de todo lo que él representa para el club.

Hablando de goles, se planta en Navidad con ocho: ¿Firma otros tantos de aquí a final de temporada?

Espero que no baste con otros ocho goles de la Navidad al final, ojalá sean más, porque mi objetivo es crecer, seguir mejorando y aportando al equipo. Ahora bien, si tienen que ser alguno menos de ocho pero todos ayudan al equipo, también estaré encantado. Al final, cuando marcas pero pierdes, no deja de ser un gol pero te quedas muy vacío. Prefiero disfrutar de victorias, de momentos bonitos con el equipo.

¿La Copa, que regresa en enero con los octavos ante el Villarreal, es otro gran estímulo para el año que comenzará?

Es una competición que en el vestuario nos gusta muchísimo. Nos ilusiona. Estamos deseando que llegue enero para que venga cargado de partidos. Para la afición y para el club, igual, históricamente ha sido preciosa y se ha vivido con intensidad, así que ojalá esta temporada experimentemos lo mismo. Vamos a competirla, a disfrutarla, y ya veremos dónde nos ponen las eliminatorias.

Y también para 2019, ¿la Selección?

Ojalá. Obviamente, me encantaría, pero en realidad no es algo que me obsesione ni que tenga marcado. Si algún día se diese la posibilidad, está claro que sería un sueño cumplido, pero no me lo quita.

En la última convocatoria de La Roja, precisamente cuando debutó Hermoso, ya sonó muchísimo su nombre.

Hasta un par de días antes, ni lo había pensado. Y de repente te ves ahí, en las quinielas… Es algo que ilusiona y que te da fuerzas para seguir creciendo. Es un momento precioso de vivir ya la mera opción de estar en una convocatoria.

En lo personal, vemos que se significa sin problema en causas que lo merecen, muchas feministas, o muy recientemente la denuncia por el crimen de Laura Luelmo. ¿Es lo que debe hacer un personaje público?

Entiendo que cada uno lo lleva como cree que es mejor. A mí, personalmente, estas cosas me duelen y me molestan, porque tengo una hermana, una pareja… A veces no les damos a ciertas cosas la importancia que tienen, y si yo consigo aportar algo de visibilidad, de ayuda, a una causa que clama al cielo, ya estaré haciendo más que si me quedo de brazos cruzados.

Con lo integrado que se le percibe, ¿se considera ya un ciudadano barcelonés más?

La ciudad me ha acogido muy bien, me siento muy feliz aquí. No es fácil llegar de nuevas a un sitio y sentirte tan a gusto como yo me siento en Barcelona. Definitivamente, me gusta.

Con el Espanyol, vuelven a los entrenamientos el sábado. Pero ese día, además, tiene otra cita con un amigo, ¿verdad?

(Ríe) ¡Sí! Mi intención es acercarme al concierto de Kase.O. Será la culminación entre una semana navideña que acabará y otra bonita de entrenamientos que empieza ese día. Tengo entrada, así que me escaparé y a disfrutar un rato.