LEGANÉS
Pellegrino, a un triunfo de igualar el cierre de 2017 de Garitano
El Leganés terminó el pasado año con 21 puntos. Si los del Flaco vencen al Sevilla el domingo, igualarán esa marca tras una gran remontada. La defensa de tres centrales, clave.
Mauricio Pellegrino, entrenador del Leganés, está a sólo una victoria (tres puntos), de igualar el final de año que completó el equipo con Asier Garitano al frente la pasada temporada. Al terminar 2017, los pepineros sumaban 21 puntos, justo tres más de los que necesitarían los ahora dirigidos por el Flaco para empatar esta marca a falta de un partido (contra el Sevilla, el próximo domingo) para dar carpetazo a 2018.
El dato resulta llamativo y evidencia el buen momento de forma del Leganés. Casi nadie a principio de temporada pensaría que los blanquiazules serían capaces de llegar a semejantes cotas en LaLiga.
Fue el inicio una cosa desdibujada y, por momentos, preocupante. Con el club hundido en el pozo del descenso directo (jamás lo había pisado en Primera) e incluso colista. En las cinco primeras jornadas sólo logró un empate. Cosecha pobre. De ahí que la perspectiva también resultara tan pobre.
Tres centrales, una remontada
Sin embargo, todo cambió cuando el sistema mutó. En la sexta jornada Pellegrino empezó a apostar por la defensa de tres centrales. Ahí arrancó una remontada de resultados e imagen. El Lega era ya otro. Ganó al Barça en aquella fecha (2-1) y desde entonces sólo ha perdido dos encuentros más de trece disputados.
El bagaje global sumando Liga y Copa: 13 partidos, 5 victorias, 6 empates y 2 derrotas. Tras salir de Balaídos de nuevo sin caer el viernes pasado (0-0), el Lega encadena ocho partidos oficiales sin hincar la rodilla, seis en Liga y dos en Copa. Lo nunca visto por Butarque.
Si la mirada se posa sólo en el torneo de la regularidad, la escuadra blanquiazul ha acumulado 10 de los últimos 18 puntos posibles con dos triunfos y cuatro empates. Son estos últimos, lo empates, los que están permitiendo subir el nivel del Leganés.
Complejo inicio de 2018
Antes los madrileños perdían con relativa facilidad. Ahora, sino se acercan al triunfo (como sucedió el viernes en Vigo), al menos conserva la igualada. Es cierto que por momentos caminan sobre el filo de la navaja, pero la resistencia, por ahora, les sonríe en forma de resultados.
Mejoría íntimamente vinculada a ese nuevo sistema defensivo: en la mitad de esos seis partidos invicto dejó su meta a cero. Antes, en las diez jornadas precedentes sólo lo había logrado en una ocasión: ante el Rayo en Butarque (1-0).
Aspecto rocoso que también fue seña de identidad con Garitano y que ahora ha imbuido a un equipo que aspira a cerrar el año con tres puntos más ante el Sevilla que le permitan igualar el fin de 2017 y, de paso, aumentar más todavía el colchón con el descenso ante el complejo inicio de 2019 que está por venir.
El año nuevo comenzará con un complejo fin de primera vuelta en Liga (Espanyol y Huesca) al que sumar los octavos de Copa del Rey contra el Real Madrid.
