REAL SOCIEDAD | DE LA BARRERA

"No tiene sentido decir que mi relación con Garitano era mala"

El ya ex segundo entrenador de la Real Sociedad explica los detalles de su salida en el Diario AS: "Sólo debe a motivos estrictamente profesionales, y el que pierde marchándose soy yo".

San Sebastián
JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

Rubén de la Barrera deja la Real Sociedad para entrenar en Qatar. El segundo entrenador de Asier Garitano, apuesta de Roberto Olabe para reforzar el cuerpo técnico realista, explica en el Diario AS los motivos y los detalles de su salida, además de aclarar algunas opiniones que señalaban a su mala relación con el técnico de Bergara como uno de los motivos de su adiós en mitad de la temporada.

-¿Cómo se encuentra horas después de su salida de la Real?

Personalmente, de dos maneras. Por un lado, apenado por abandonar un proyecto atractivo y a unas personas con las que tenía una relación más allá de lo profesional. Y por otro, tranquilo por tener la sensación de haber intentado hacer las cosas siempre de la mejor manera.

-¿De verdad se va porque la oportunidad que se le presenta es de esas que no se puede rechazar?

Si hablamos de los motivos que impulsan a solicitar salir, pues sí. Por diversas circunstancias. Independientemente de que soy consciente de que quien ha perdido en este caso he sido yo, en el sentido de que cuando uno se va de la Real tiene mucho más que perder que ganar. Pero lo mucho o poco que tengo y he conseguido se ha debido a la toma de decisiones, y la mayor parte de ellas complejas, y ésta ha sido otra.

-¿No hay nada más allá en su decisión?

Simple y llanamente es por lo comentado. Si hubiese otra cuestión, por cómo soy yo, no tendría ningún problema en manifestarlo. Sólo obedece a cuestiones que tienen que ver con una proposición a nivel profesional.

-Lo digo porque se ha llegado a publicar que su relación con Garitano no era buena y que su relación estaba condenada a romperse de una u otra forma...

Todo lo que se dice en ese aspecto, de mi mala relación con Garitano, no tiene sentido. Y claramente el que lo expresa, lo hace porque se le da esa posibilidad por las muchas plataformas que hay. Esté más cerca o más lejos de nosotros, puede dar una opinión, y eso genera otra. Buena o mala. Yo conozco los motivos que me impulsaron a venir a la Real, es una llamada de Roberto Olabe en la que me explica cómo es el proyecto que tiene en mente. Y yo sólo pongo una condición, que el entrenador electo quiera lo mismo. En su día Asier manifiesta al club que quería darle una vuelta al cuerpo técnico, que quería otras aportaciones, y con Asier me cito en Madrid y en Zubieta, antes de que todo ésto arranque. Así que las condiciones iniciales las conocíamos todos y cuando arranca el proyecto lo único que pretendo es ayudar y aportar en todo lo que Asier me solicita como principal responsable.

-¿Es usted quien le comunica personalmente su idea de salir de la Real?

Hablo con el club, con Olabe; después hablo con Garitano y todo concluye en una conversación con Aperribay. Una vez se produce todo eso, ellos lo tratan. Se intenta que todos tengan claro lo que puede ser y lo que no puede llegar a ser, y en ese sentido han sido todo facilidades, todo comprensión, pero desde el primer al último día he estado presente en el club para ayudar en todo lo que se me pidiera.

-¿Le costó pasar a estar en un segundo plano después de haber sido entrenador principal?

No, es otro rol. Pero sería irresponsable aceptar un cargo partiendo desde el desconocimiento. Y como todo lo teníamos claro, uno se decide a dar el paso. Se trata de que todos sientan y quieran lo mismo, a mí se me transmite que eso será así. Y por eso llegué, así que por lo tanto para nada me ha costado estar en un segundo plano. Al contrario. Llegué aquí sabiendo claramente lo que podía o no hacer, lo que tenía que hacer, hasta donde influir... y eso ha sido así hasta el final.

-¿Qué ha sido para usted esta experiencia corta en la Real?

La Real es un club referente. Tenía un conocimiento externo, y cuando estás dentro eres consciente de lo que representa, con un sentimiento de pertenencia que no se pierde nunca y está garantizado, por su naturaleza, el perfil de los chicos de la cantera y por las facilidades que se da a los vienen. Y dentro hay una gran calidad humana. Lo he comprobado en estos cinco meses que he convivido con todos. La experiencia ha sido inimaginable, porque te pones unas expectativas, pero ha llegado a superar lo que uno podía imaginar en enero.

-¿Se ha sentido valorado en estos meses en la Real? Porque sus ideas futbolísticas son muy diferentes de las del entrenador...

Sí me he sentido valorado. Porque aquí no es cuestión de que alguien pese más que otra persona. En un cuerpo técnico heterogéneo como es el de la Real, se trata de que todas las capacidades que la gente posee las ponga al servicio del equipo. Hay una persona responsable de liderar ese proceso, y por eso tengo la tranquilidad de haber estado siempre dispuesto a ayudar cuando se me ha preguntado.

-¿Es un adiós o un hasta luego a la Real?

Esto ha sido muy de repente. Ha ocurrido en un momento poco usual de la temporada, pero si algunas circunstancias pueden llevarte a pensar en volver, te las encuentras en el fútbol. Y por eso mi respuesta es clara: un sí rotundo. Me encantaría que antes de que el fútbol me aparte, tener la oportunidad de regresar a San Sebastián, a la Real, y poder funcionar allí.

-Usted que conoce las entrañas del vestuario, ¿se va convencido de que se puede luchar por Europa?

Siempre lo he comentado a nivel interno, y ahora aprovecho para decirlo a nivel externo. La Real tiene una gran plantilla, con mucha calidad, que aúna experiencia e ilusión, y todo eso es un aval más que sufuciente como para pensar así. Yo no tendría muchas duda sobre esta cuestión.

-¿No le da miedo tener que irse ahora a entrenar tan lejos, hasta Qatar?

Bueno, todavía no hay nada cerrado. A ver qué va ocurriendo en los próximos días.

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