El holandés hizo dos goles gracias a dos jugadas marcas de la casa. Lewandowski marcó otros dos goles y Ribéry cerró la manita. Gedson recortó distancias para el Benfica.
El Bayern resurgió de las cenizas justo cuando su entrenador más lo necesitaba. Los pupilos de Niko Kovac barrieron a un pobre Benfica 5-1, una victoria que certifica su pase a los octavos de final de la Champions y puede alargarle la vida a su técnico tras una serie de resultados que le habían colocado al borde del abismo. Ahora todo depende de los mandamases muniqueses. Ellos deciden si quieren darle una nueva oportunidad al croata u optar por Arsene Wenger, principal candidato al banquillo bávaro en estos momentos.
Si Kovac respira, es gracias a la segunda juventud de Arjen Robben. Justo cuando su equipo volvía a mostrarse espeso en ataque, apareció el holandés para marcar dos goles gracias a dos jugadas marcas de la casa. Lewandowski subió el tercero de cabeza, pero el recién incorporado Gedson hizo el silencio en el Allianz Arena a los 30 de segundos de la primera mitad finalizando una de esas contras que tanto daño le están haciendo al Bayern esta temporada. Volvieron a aparecer los fantasmas en el coliseo bávaro y las caras de los jugadores lo reflejaban. Todas menos las de Lewandowski y Ribéry. El polaco y el francés acudieron al rescate, marcaron dos tantos más y aseguraron una victoria que puede haberle salvado el puesto a su entrenador.