GRUPO B | PSV EINDHOVEN - BARCELONA
Un estadio a prueba de bombas
El Philips Stadion, ejemplo de recinto deportivo moderno, fue destruido completamente durante la Segunda Guerra Mundial.
El PSV Eindhoven está tan orgulloso de los jugadores que han defendido su camiseta como de su estadio, que junto al Johan Cruyff Arena pasa por ser el más moderno de Holanda. Además, entre los periodistas gráficos y los operadores de televisión es recurrente el elogio al recinto. Es uno de los estadios mejor iluminados del mundo. La potencia lux del estadio hace honor a la empresa que patrocina a la entidad que utiliza el campo como campo de pruebas y anuncio para sus productos lumínicos más avanzados. Dicen los que saben, que en un partido nocturno en el Philips Stadion la sensación en el campo es la misma que si se jugara de día.
A esa calidad lumínica se unen 35.000 asientos totalmente a resguardo de la lluvia y calentados por un sistema de calefacción y diversas áreas familiares. Existe un Family corner para que se pueda ir con niños de menos de 16 años. También hay una zona de animación en la que, durante los partidos de la Eredivise se puede estar de pie todo el partido así como otra zona dedicada a los negocios con diversos restaurantes que se alquilan para las empresas que quieran celebrar ahí sus convenciones.
Pero no siempre el Philips Stadion vivió tiempos tan apacibles, durante la Segunda Guerra Mundial el estadio fue totalmente destruido por los bombardeos de la aviación. Una vez acabado el conflicto volvió a reconstruirse en el mismo emplazamiento. De hecho, el primer partido del equipo que sería el embrión del PSV, el Het Philips Elftal (el equipo de la Philips, literalmente) se jugó en 1911 en un descampado que dos años después sería el primer estadio del PSV. Con un campo en condiciones con capacidad para 3.000 espectadores el primer encuentro se disputó el 22 de octubre de 1913 entre el PSV y el Hollandia Woelsel. Fue un amistoso para conmemorar el centenario de la victoria de la Séptima Coalición, de la que formaba parte Holanda, ante los ejércitos de Napoleón y que dio origen a la formación de la moderna Holanda. El saque inicial lo realizó un niño de cinco años, Frist Philips, lo del apellido no es casualidad, que años después llegaría a ser un mito del equipo.
El campo creció en 1941 hasta los 18.000 espectadores, luego fue destruido en el curso de la guerra y se reconstruyó en 1958 con capacidad para 22.000 personas. En la actualidad, esta joya a prueba de bombas alberga 35.000 espectadores, que tienen que caminar tres manzanas para encontrar un bar. Y es que al Philips Stadion también le caracteriza que, a excepción del restaurante el Loto azul súper exclusivo y el café con vistas al campo, debe ser el único estadio del mundo sin un bar enfrente, en la esquina o a tres travesías.
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