Se le ve al Sevilla con magnífica salud después de las dudas iniciales. Una buena señal para el campeonato. Como el regreso del Valladolid, con Ronaldo como propietario y Sergio como entrenador. Recordarán su perfil llegador como centrocampista. El mismo que tuvo con sus jugadores en el vestuario cuando llegó a Pucela la temporada pasada, loco y con hambre como estaba de coger un equipo. Las ganas de fútbol de Sergio se juntaron con las del Valladolid por volver a la élite y el resultado ha sido un regreso feliz a Primera, con el equipo merodeando los puestos europeos, aunque hoy todo será más difícil. Faltan Moyano y Olivas en defensa y Calero ha llegado casi de milagro. Ordenarse en un estadio donde los partidos se hacen tan largos será casi un máster para Sergio.
Machín no tiene a Navas y en su lugar alineará a Aleix para mantener al Sevilla con energía y el depósito lleno de gasolina. Escudero está de nuevo en un nivel óptimo y los dos nueves, Ben Yedder y André Silva, aptos. Lo del francés contra el Espanyol fue una delicatessen a lo Romario.