REAL MADRID
Keylor y otros 4 reveses que superó estando en el Madrid
El tico quiere pelear el sitio a Courtois. Superó la suplencia con Iker, el sainete con De Gea, su bajón en 2017 y gracias a Zizou evitó la competencia de Kepa...
Keylor Navas sabe cuál es su historia. Como la de Jesús, que cuando todavía estaba con sus apóstoles en la habitación donde celebró la última cena, les dijo: “Todos vosotros me vais a abandonar esta noche”. Pedro le dijo: “Yo no. Aunque los demás te dejen, yo nunca te voy a dejar”. Pero Jesús le respondió a Pedro: “Tú me negarás tres veces”. Y así sucedió. A Keylor en el Madrid le han negado más de tres veces. Ya van cinco. Pero el tico está dispuesto a superar la quinta negación a base de esfuerzo, trabajo y mucha fe. Ha rechazado ir con su selección para los partidos ante Islandia y Suiza en el próximo parón internacional para intentar convencer a Solari. Quiere quedarse. El último mazazo ha sido quitarle la Champions. Pero Keylor, que ha levantado tres Champions como titular del Madrid, no se da por vencido ni mucho menos. Estas fueron las otras veces que fue 'negado' en el Madrid...
Suplente de Casillas
Aterrizó por 10 millones de euros tras ser el portero revelación en el Mundial de Brasil. Con la vitola de ser el mejor portero de la Liga, Keylor Navas apenas jugó cinco partidos con el Real Madrid en su primer año, y todos ellos menores. La Copa del Rey (la ida en Cornellá, la vuelta fue para Pacheco), la Champions cuando el Madrid ya estaba clasificado y Elche y Rayo en Liga fue todo lo que jugó. empezó igual que le sucedió cuando llegó al Levante, donde fue suplente de Munua en su primera temporada...
Subió a un avión destino a Manchester
La llegada de David de Gea al Real Madrid estaba cerrada hasta tal punto que solo el fax impidió su fichaje. La documentación del internacional español entró en las oficinas de LaLiga a las 00:28 horas. Keylor Navas estaba entonces preparado en un avión para salir rumbo a Manchester y fichar por el United. Pero, el destino, Van Gaal y el fax decidieron que De Gea tenía que seguir vestido de diablo rojo y Keylor como jugador del Real Madrid. Navas lo vio como una oportunidad para reivindicarse. Conquistó la Undécima y se ganó el cariño de la grada desde aquel sainete que le tocó vivir. Florentino, pese a que tuvo la posibilidad de fichar a De Gea en el verano siguiente tras el sainete y la renovación del portero (11 de septiembre), optó por no ejecutar la opción de compra por 50 millones de euros...
El bajón de 2017 y otra vez las dudas
Tras ser operado en verano de una tendinopatía crónica en el tendón de Aquiles de su tobillo izquierdo, arrancó inseguro la temporada (la cirugía le ha restado confianza). Su estreno en Dortmund ante el Borussia estuvo plagado de claros y oscuros; tampoco mostró seguridad frente al Legia, donde Radovic, en el 2-2, le dejó en mal lugar; ante el Kashima, en el Mundial de Clubes, no estuvo fino en uno de los goles; contra el Sevilla, en Liga, donde dos errores suyos acabaron condenando a un Madrid que empezó ganando el partido con un gol de Cristiano de penalti (en el empate de Ramos en propia puerta, contribuyó al quedarse en la raya y sin salir a por un balón que debía ser suyo; y en el 2-1 de Jovetic estaba mal colocado)… Volvió a fallar contra el Sevilla, Nápoles, Valencia y Las Palmas. Incluso, un aparte de la afición pedía más oportunidades a Kiko Casilla servido para que gran parte de la afición haya pedido a Zidane que le dé más oportunidades a Kiko Casilla, como reflejaba una encuesta realizada por As.com. Pero fue decisivo luego en la recta final de temporada. Sobre todo con su actuación en la vuelta de semifinales de Champions en el Calderón. Le sacó un uno contra uno a Gameiro con 1-0 en el marcador. En el 2-1 del Calderón, y después de la virguería de Benzema, evitó males mayores sacándole una ocasión doble a Carrasco y Griezmann. Esa noche puso el candado, otra vez ante Oblak, con cinco intervenciones. Más del doble de su media (2,83) en la 2016-17…
La casi llegada de Kepa
Si había un futbolista del Madrid especialmente dolido con la marcha de Zidane ése eraKeylor. “Siempre me dio su voto de confianza. Fue una persona muy transparente, que nunca anduvo con mentiras en el tema de la portería”, decía el tico nada más levantar su tercera Champions (igualando las tres de Casillas y a tan sólo una de Juanito Alonso). El Madrid tenía apalabrado su fichaje por 20 millones de euros para que se hubiera incorporado en ese mismo mercado invernal. Zidane frenó la llegada de Kepa en el invierno pasado y el guion de tico en primavera: héroe en Champions ante el Bayern en el Bernabéu para enmendar su discreta actuación ante la Juve. El tico sabía que desde la planta noble seguían viéndole con recelo por más orejonas que levantase...
Fichaje de Courtois y Solari le quita la Champions
“Venga quien venga, voy a competir”, insistía antes de acabar la temporada. Desde 2015 tuvo que lidiar con el fantasma de De Gea, Courtois, Oblalk o Donarumma. Todos esos nombres que sonaban cada verano se hicieron realidad este verano con el fichaje de Courtois por 35 millones de euros. La marcha de Zidane le restó protección. Jugó el Mundial de Rusia, pero se incorporó antes de tiempo para defender su sitio en la portería del Madrid. El belga llegó el 8 de agosto. Pudo jugar la Supercopa de Europa porque Courtois llegó demasiado tarde. Lopetegui aguantó todo lo que pudo la transición por respeto a su jerarquía en el vestuario. "En portería no tenemos un problema sino dos grandísimas soluciones", repitió desde el primer día. Dio a Courtois la Liga y al tico, la Champions, la competición que conquistó en las tres últimas temporadas. Pero esa decisión no fue muy bien por los dirigentes. Y los resultados no acompañaros. Y, para colmo, se echaba de menos a Cristiano. Su frase en Moscú tras perder 1-0 ante el CSKA le sentenció: "¿Cristiano? No se puede tapar el sol con un solo dedo". Lopetegui saltó por los aires. Solari, técnico de la casa, optó por el guiño al palco. Liga y Champions para Courtois. Copa, para Keylor. Ha quedado relegado a un segundo plano. Pero el tico no piensa tirar la toalla tan fácilmente.
