RAYO MAJADAHONDA 1 (3) - SPORTING (4)
El Sporting sufre y se lleva el pase en los penaltis
Neftali adelantó a los locales en un partido que empató Ruibal in extremis y que llegó hasta los penaltis. En la tanda, el Majadahonda remontó, pero cayó tras el fallo de Schiappacasse.
El Sporting se planta en dieciseisavos de final de la Copa del Rey tras imponerse en los penaltis al Rayo Majadahonda en un partido sin brillo. El torneo copero se convierte en el salvavidas de Rubén Baraja que afronta una semana decisiva para su futuro. Neftali adelantó a los asturianos y Ruibal puso el empate en el marcador en el minuto 90 decidiéndose todo en los penaltis tras una prórroga.
El balón comenzó a rodar, en un Wanda desangelado, con complicaciones para los locales, que se quedaron sin Jorge en los primeros compases tras un golpe en la cara. Entró Jeisson con un cambio de dibujo en un primer tiempo en el que los de Baraja supieron aprovechar la fragilidad de un lateral zurdo que defendía Benito, jugador de perfil ofensivo, para adelantarse en el marcador. Neftali, que se había encontrado minutos antes con un paradón de Cantero, batió al meta navarro tras un pase de Cristian. El angoleño se estrenó oficialmente como goleador con el primer equipo con un tanto que rompía la sequía de los delanteros del Sporting. Tras el gol, vinieron unos minutos de un ni tuya ni mía, con intercambio de ocasiones antes de marcharse al descanso.
El Majadahonda volvió a marcar in extremis
La segunda parte comenzó sin ritmo. El Sporting buscaba matar el partido con un Neftali que se estaba convirtiendo en la pesadilla de la defensa majariega, mientras que el Majadahonda no lograba encontrar la fórmula para hacerle daño a los asturianos. Con tímidos sustos de ambas escuadras, el partido iba adquiriendo brillo con el pase de los minutos. Un cabezazo de Toni Martínez que se marchaba rozando el larguero de la portería de Dani Martín o un tiro al palo de Pedro, que nada más saltar al campo dejó sin aliento a la poca afición sportinguista que había en el Wanda. Y así llegaron los últimos compases, en los que el Majadahonda sacó coraje y apretó, con recompensa sobre la bocina, otra vez. Ruibal la puso en la red con un disparo cruzado y daba ilusión a los locales forzando la prórroga.
La lluvia apretaba. Las piernas pesaban. Pero, aún quedaba gasolina para los majariegos, que dieron varios avisos a un Sporting al que le había hecho mucho daño el gol. Tomaron partida las imprecisiones por el cansancio y las ocasiones se fueron intercalando sin suerte para ninguno de los dos equipos. El partido estaba muerto y dejaba todo visto para penaltis en una tanda que se resolvió a favor (3-4) de los asturianos, tras doce lanzados.