Solari da al fin con la tecla
Tras dos cursos decepcionantes y una prórroga que su predecesor, Ramis, no tuvo, el argentino ha conseguido que el filial funcione.
A la tercera parece que podría ir, al fin, la vencida para Solari al frente del Real Madrid Castilla. El técnico argentino recibió una nueva oportunidad después de dos campañas decepcionantes: el filial acabó undécimo en el Grupo II de Segunda B en la 2016-17 y octavo del Grupo I en la 2017-18. Ni se asomó a la pelea por los play-offs, una exigencia del club que sí valió para destituir a Luis Miguel Ramis tras la 2015-16: el Castilla acabó primero del Grupo I, con 80 puntos, gracias a una plantilla en la que figuraban Mariano, Mayoral, Odegaard, Llorente, Reguilón... Pero no superar las eliminatorias para alcanzar la Segunda (perdió con UCAM Murcia y Lleida) sentenció a Ramis.
Con Solari el club tuvo más paciencia, pero durante un tramo del curso pasado estuvo decidida su destitución y el paso adelante de Guti, desde el Juvenil. Hasta se le llegó a comunicar al de Torrejón, pero, misteriosamente, la Directiva se desdijo y provocó el enfado de Guti, que soltó un órdago y se marchó al Besiktas.
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Para Solari, este curso es un no va más: su Castilla debe subir a Segunda o al menos pelear por ello. De momento lo está logrando, pese a haber perdido piezas importantes como Reguilón, Quezada, Óscar... Está construyendo un Castilla competitivo sobre la base del último Juvenil de Guti, con veteranos del curso pasado como Franchu, Seoane o Dani Gómez, y varios refuerzos, uno de 45M€: Vinicius. Lleva 17 puntos de 21 y está a dos del líder (Ponferradina) gracias al mejor arranque del filial en 14 años: en la 2004-05, el entonces Real Madrid B de López Caro empezó con siete triunfos. Aquel equipo, con Diego López, Arbeloa, De la Red o Borja Valero, acabaría ascendiendo a Segunda.
Nueve puntos más que hace un año
Hace un año, la situación del Castilla de Solari era diferente del todo: era 13º, con sólo ocho puntos de 21 posibles y tan sólo dos triunfos. No encajaba demasiados goles (ocho en siete encuentros), pero tenía un serio problema de generación de ocasiones: sólo ocho tantos. Un año después, lleva nueve puntos más, ha encajado menos (cinco) y marcado 14 goles.
