Cinco años después vuelve el Villamarín a vestirse con traje europeo y lo hace ante la a priori gran Cenicienta de esta Europa League. Dudelange, desconocido como para que el habitual dossier de UEFA, que tantas páginas llena de estadísticas en los torneos continentales, se observe famélico en la previa del partido: ni datos entre los rivales, ni del Betis contra equipos de aquel país, ni del Dudelange contra clubes españoles... lo que han conseguido en esa pequeña localidad (20.000 habitantes) al norte de la capital del Gran Ducado no se había logrado nunca antes. Se trata del primer equipo de Luxemburgo que supera las rondas previas y se mete en una liguilla continental con el actual formato (sigue el partido en directo en As.com).
Rotaciones. Y aunque tiene a más de 10 futbolistas semiaficionados, a los que sus empresas tienen que dar permiso para ausentarse del trabajo miércoles y jueves, el Dudelange no está aquí por casualidad. Dominador absoluto en su campeonato, donde ha ganado las tres últimas Ligas, posee cierta organización defensiva y facilidad para golear al contragolpe, siempre en su nivel. Le marcó cuatro goles al Legia polaco y cinco al Cluj rumano, dos clásicos de la competición. Y se las hizo pasar canutas al Milán de Gattuso (0-1) en la jornada inaugural. Quique Setién rotará, claro, pero ya avisó ayer: no permitirá ningún tipo de relajación a sus jugadores.
Al Dudelange hay que ganarle sí o sí y por el mayor número de goles posible. Para esto último hay dos razones. Una, más práctica, pensando en un hipotético empate final con Milán y/u Olympiacos. El otro argumento es psicológico: este Betis, que tanto ha tenido el balón y tan pocos goles recibe, ha hecho sólo cinco tantos en ocho partidos oficiales. El rival debería ser propicio para aliviar esa estadística.
