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SELECCIÓN

Luis Enrique reforma a España

La nueva Selección se mostró en Wembley como un equipo más vertical y profundo (11 remates). La titularidad de Saúl y Rodrigo resultó una declaración de intenciones.

08/09/18 PARTIDO NATIONS LEAGUE FASE DE GRUPOS 
 ESTADIO DE WEMBLEY 
 INGLATERRA - SELECCION ESPAÑOLA ESPAÑA 
 LUIS ENRIQUE
08/09/18 PARTIDO NATIONS LEAGUE FASE DE GRUPOS ESTADIO DE WEMBLEY INGLATERRA - SELECCION ESPAÑOLA ESPAÑA LUIS ENRIQUEJUAN FLORDIARIO AS

Arrancó la era de Luis Enrique en la Selección con una victoria de prestigio en Wembley y varias ideas de la España que empieza a construir. Desde la alineación, una declaración de intenciones por la presencia de Saúl o Rodrigo, se apreció un equipo cambiado, menos horizontal y más dinámico en su propuesta. Se liberó en ataque y sufrió en defensa, pero ató un triunfo de alto valor.

Juego de ataque

En fase ofensiva, España se desplegó a partir del 4-3-3 habitual de Luis Enrique. Sorprendió la titularidad de Rodrigo en la banda derecha, dejando a Iago Aspas como referencia. Una decisión con un trasfondo importante. El valencianista estiró a la Selección por el costado y la movilidad del delantero del Celta permitió las incorporaciones desde atrás de los interiores (Saúl y Thiago), la otra novedad principal del juego de ataque. España hiló un fútbol más vertical y profundo, aparcando la filosofía de posesión absoluta. Tuvo el balón el 54,7% del tiempo, una cifra relativamente baja para sus números habituales. El dinamismo de la medular abasteció el flujo ofensivo de una España ágil y difícil de frenar (25 jugadas de peligro). Saúl metió la directa en varias ocasiones y facilitó las conexiones rápidas. La pauta española estuvo promovida por el mediocentro del Atlético. Su porcentaje de precisión en el pase (85%) confirma el nivel de riesgo que tomó en algunas de sus resoluciones. A España le vino muy bien.

Regreso a la presión

Luis Enrique no vaciló en imponer su empeño por instalar un bloque alto. El sistema funcionó de forma desigual, aunque el balance de recuperaciones de España resultó superior al de Inglaterra teniendo algo más el balón (49 por 42 de los locales). Sin embargo, hubo situaciones de descontrol. El gol de Rashford derivó, precisamente, de una presión fallida en el que la basculación fue excesiva. Con todo, la transición defensiva no desentonó tanto como sucedió en el pasado Mundial y Busquets no se vio tan solo en el sector central. La escolta de Saúl le sentó perfectamente para rectificar ante salidas rápidas de Inglaterra.

Palidez defensiva

España padeció ciertas dificultades para sostener los envites ingleses. Se ajustó bajo un 4-1-4-1 bastante ordenado, pero careció de eficacia en diversas fases. No hubo entendimiento entre Nacho y Sergio Ramos en el centro de la defensa y Carvajal y Marcos Alonso tampoco despuntaron por su contundencia. Los despistes individuales condicionaron el escudo colectivo. La Selección reculó en el tramo final y no gobernó su área como debía (11 remates de Inglaterra). De Gea, pese a la duda final en el gol anulado a Welbeck, sostuvo a España.

El balón parado

El estreno triunfador de Luis Enrique se apoyó en una jugada de estrategia. Rodrigo finalizó un centro lateral de Thiago, el lanzador más peligroso, en el 1-2. España acostumbró a reunir hasta cinco jugadores en zona de remate (Aspas, Rodrigo, Busquets, Ramos y Saúl). En el otro área existieron más problemas. Luis Enrique se protege con una defensa mixta, que combina jugadores en zona con otros al hombre. Una desatención en un córner obligó a De Gea a hacer una parada extraordinaria a Rashford. Lo más llamativo fue la colocación tan adelantada de la línea en una falta frontal de Inglaterra (ver imagen). Alrededor de ocho metros respecto al área grande. Luis Enrique utilizaba una pose algo más conservadora en el Barcelona.

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