El conflicto entre Salah y la federación egipcia se reaviva
El jugador del Liverpool reclama que se respeten sus derechos de imagen y la federación califica sus peticiones de "exageradas" e "ilógicas".
Mohamed Salah y la federación egipcia han resucitado su conflicto por los derechos de imagen del futbolista. El delantero del Liverpool pidió hace unos días a través de su representante, Ramy Abbas, que la federación de su país velará por la seguridad y el bienestar del jugador durante las concentraciones con su selección y de que se abstuviera de realizar un uso indebido de la imagen del Salah.
Ayer lunes hubo guerra de declaraciones entre las partes. La federación de Egipto calificó las peticiones de Salah de "exageradas" e "ilógicas", explicó que "no aplicamos estándares diferentes a los jugadores" y aseguró que no quiere "entrar en conflictos que pueden afectar a uno de los mejores jugadores de fútbol egipcio".
Por su parte, Salah y su representante se manifestaron en Twitter. "Es normal que una federación busque resolver los problemas de sus jugadores para sentirse cómodos. Pero lo que aprecio, de hecho, es precisamente lo contrario. No es normal que mis mensajes y los de mi abogado sean ignorados. No entiendo por qué todo esto. ¿No tenéis tiempo de contestarnos?", escribió el internacional del Liverpool después del comunicado de la federación. Su agente también arremetió contra los responsables del fútbol egipcio. "Pedimos garantías para el bienestar de Mohamed [Salah] con la selección y garantías de que no habrá más violaciones de los derechos de imagen. Eso es todo. Todavía tienen que contestar", tuiteó Abbas.
Las desavenencias entre Salah y la federación de su país comenzaron el pasado mes de abril, cuando el ente federativo usó la imagen del jugador sin su autorización para decorar aviones de la aerolínea EgyptAir que además portaban publicidad de la compañía estatal de telecomunicaciones del país. Salah, que es imagen de Vodafone, calificó aquello como "un insulto".
Durante el Mundial hubo una nueva polémica por una recepción con Ramzán Kadírov, líder de la República de Chechenia, en cuya capital, Grozni, se concentró Egipto durante el torneo. El compromiso molestó a Salah, cuya imagen fue aprovechada por el prorruso Kadírov para hacer proselitismo nombrándole ciudadano honorario del territorio, que mantiene una disputa con Moscú por su soberanía. Tras el incidente se llegó a especular con que el jugador pudiera incluso abandonar la concentración de su selección en el Mundial antes del último partido de la fase de grupos, extremo al que no se llegó.
Egipto tiene dos compromisos en el próximo parón de selecciones de septiembre. Ambos serán en casa, contra Suazilandia y Níger, y de clasificación para la Copa de África 2019, que se disputará en Camerún del 7 al 30 de junio.
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