Malbasic rescata en el 80' un punto para el Tenerife
El Almería, que se adelantó con gol de Luis Rioja y dominó en el primer acto, sufrió tras la expulsión de De la Hoz en la segunda parte.
Noventa minutos dan para mucho. Empezó el Tenerife dominando en los primeros compases, el Almería fue adelantando líneas después para que Luis Rioja adelantase al cuadro rojiblanco, De la Hoz vio dos amarillas en apenas cinco minutos, el Almería sufrió con diez ante un Tenerife que no supo cómo entrar hasta que Malbasic pegó un latigazo a falta de diez minutos, rescatando un punto para los de Etxeberria, pudiendo dar el punto hasta por bueno para los locales tras jugar casi la mitad del encuentro con un efectivo menos.
Sacó Fran Fernández un equipo novedoso. Tanto por los cinco cambios respecto al partido inaugural, en el Ramón de Carranza, como porque ocho de los once debutaban en el Estadio de los Juegos Mediterráneos con la camiseta unionista (13 de los 18 convocados). Trujillo y Andoni López entraron por Owona y Nano, con molestias, mientras que René ocupó el sitio de Fernando; Corpas, el de Chema; y Álvaro Giménez, el de un Sekou que ni entró en la convocatoria final. Por su parte, Etxeberria apenas realizó un par de sustituciones del once de Tarragona: Raúl Cámara y Naranjo por Suso y Acosta, probando con doble lateral en el costado diestro.
Dijo Fran Fernández en la rueda de prensa prepartido que la idea era presionar arriba. En los primeros minutos fue el Tenerife el que tuvo la iniciativa con balón, pero el Almería fue poco a poco pisando campo contrario, más con balón que sin éste. Eso sí, dos errores de Trujillo en los primeros 300 segundos y un peligroso disparo de Luis Milla a los siete minutos hizo que el olor del 0-1 fuese más fuerte que el del 1-0.
Para Calderón de la Barca la vida es sueño. No alcanza tal nivel de axioma, pero si la vida es sueño, la vida podría ser fútbol o fútbol podría ser la vida. Al fin y al cabo, con esa propiedad conmutativa puede explicarse que la dirección del partido virase en un chispazo, sin ningún punto de inflexión, como ese corazón que se enamora de repente. Sin que lo avisen. Si en los diez-quince primeros minutos el conjunto visitante dio más sensación de peligro que el local, en el cómputo global de la primera parte los de Fran Fernández fueron mejores que los de Etxberria, imponiéndose en muchas facetas del juego.
Empezó a avisar Luis Rioja, con uno de sus centros peligrosos. En el minuto 21 el ex del Marbella materializó el primer gol de la temporada para el Almería. Un disparo de Juan Carlos Real, quien se enfrentaba al que era su equipo hace apenas un mes, rebotó en la zaga tinerfeña y Rioja, entrando desde atrás, batió a Dani Hernández. Antes y después del gol, el cuadro almeriense estaba y continuó siendo mejor. Romera tuvo el 2-0, pero su testarazo se marchó desviado por poco.
Si en el primer acto no hubo ningún punto de inflexión, en el segundo claramente sí. En los primeros compases César de la Hoz se expulsó en apenas cinco minutos. En la segunda amarilla sí rascó a un contrario, empero la primera amonestación pudo evitarla al desplazar el balón; acciones que no les gusta a los entrenadores. No en vano, el Tenerife jugó 40 minutos con un efectivo más por ese desplazamiento de balón, que hace dudar entre colocar dos picas o un cero. Y eso que una de las razones por las que el Almería estaba dominando fue porque en el aspecto defensivo Arzura y, sobre todo, el propio De la Hoz sostuvieron mejor a su equipo que Luis Milla y Alberto, además de que la línea de tres cuartos de los almerienses ofreció más que los de los tinerfeños.
Tras ese punto de inflexión como fue la expulsión, el Tenerife tomó la posesión del encuentro, intentando romper el entramado defensivo unionista en algún desajuste defensivo. Fran Fernández no realizó ningún cambiando tras la roja, multiplicándose Juan Carlos Real en labores defensivas, junto a Corpas y Rioja (los dos extremos del Marbella de la pasada temporada); entrando Eteki en el 66' por el propio Real. La redonda era para el conjunto blanquiazul -de azul y celeste hoy-, pero con una posesión más estéril que efectiva.
Etxberria movió filas, retirando a un central para dar entrada a un centrocampista, a un lateral para que entrase un delantero y a otro lateral por un mediapunta. Más mordiente. Por su parte, Caballero saltó a falta de quince minutos para el final, a pesar de haber estado en el ostracismo, sin ir citado a los bolos veraniegos. Hablando -o escribiendo- de arietes, Nano Mesa estuvo a punto de empatar el duelo con un cabezazo tras un centro desde la derecha. El Tenerife hizo mucho hincapié en esta faceta. Sin embargo, el empate llegó de otra manera. Por el centro, Malbasic, que apenas no había aparecido antes, se la acomodó a su zurda y la enganchó a la escuadra izquierda de René. Mano a la oreja y un punto que rescató para el Tenerife.
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