Bale, listo para que este sea su mejor curso en el Real Madrid
Sin Cristiano y con el adiós de Zidane, se siente la estrella del proyecto. El club no ha fichado para que nadie pueda hacerle sombra.
Hasta ahora, casi todo lo que ha hecho Gareth Bale para el Madrid ha quedado en segundo plano. Bajo la sombra de Cristiano se acentuaron las dificultades y se obviaron a menudo sus logros. El ejemplo más claro y cercano se produjo en la final de la última Champions: sus dos goles quedaron desdibujados bajo la amenaza de la marcha del portugués. Sus dudas sobre su propio futuro quedaron aparcadas a la cuarta o quinta página de los diarios deportivos. Como si poco importara si se quedara o se marchara, un extraño destino para uno de los últimos Galácticos fichados por el club blanco.
En el Reino Unido se desconoce lo bien o mal que vive Bale en Madrid, en parte por un contrato en exclusividad con una cadena de televisión y en parte por la timidez del futbolista, protegido además por el club. Así, sus enormes diferencias con Zidane quedaron ocultas bajo los éxitos del equipo. El galés no entendió nunca por qué el club sugería una cosa (su importancia ahora y en el futuro) y el entrenador no le daba la confianza necesaria para crecer. Bale fue el único futbolista de la primera plantilla que no se despidió en las redes sociales de Zizou. Se dejó abierta la posibilidad de marchar, pendiente de una conversación de su entorno con el club. Al final no hizo falta sentarse. Se le repitió de nuevo, a través de su representante y por teléfono, que se le daría la responsabilidad que exigía, que se le permitiría ser la gran estrella del nuevo proyecto, que no se le vendería y que no se ficharía a nadie para hacerle sombra.
Bale es para el Madrid y el Madrid es para Bale. Y de momento, Gareth lo está disfrutando. No será nunca un jugador que aparezca los noventa minutos, algo que se le exige en los medios de comunicación. Y es así porque Bale, por naturaleza, quiere ser el martillo del equipo, el que da el último golpe, el definitivo. Esa es su labor y para ello se está trabajando, liberándole de obligaciones tácticas y dejando que crezca y, alrededor suyo, el equipo. Esta debería ser su gran temporada.
No jugó en la debacle de Girona
Bale se libró del correctivo sufrido hace casi un año en Montilivi al no poder jugar en Girona por estar lesionado. El galés fue el gran ausente en la primera visita oficial del Madrid a Girona y, por lo tanto, se libró del aluvión de críticas que recibieron sus compañeros por la desastrosa imagen ofrecida ante el equipo entrenado entonces por Machín. Zidane apostó por la titularidad de Isco para suplir la baja de Bale, que se lesionó con Gales tres semanas antes en un entrenamiento con su selección nacional.
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