Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

MUNDIAL SUB-20 FEMENINO | CATA COLL

“Veo a España ganando el Mundial, no tenemos límites”

La portera del Collerense fue la heroína de La Rojita contra Francia. Siempre quiso ser portera, aunque hasta los 12 años no le dejaron. Ahora opta al Guante de Oro.

Francia
Cata Coll, la guardameta de la Selección Sub-20.
Aimara G. Gil / Diario AS

Un día después de meterse en la final del Mundial ya lo tendrán más asimilado, ¿no?

Soñábamos con ello en la preparación de Tafalla, teníamos una ilusión y lo hemos conseguido. Y ojalá la ganemos, que sería lo máximo.

Un billete a la final que se consiguió después de ganar a Francia en un partido en el que pasó de todo..

Sí, hubo de todo, una expulsión, un penalti... el árbitro no iba muy a favor nuestro, pero España supo sufrir y lo hizo muy bien para superar los obstáculos que nos fuimos encontrando. El arbitraje no nos hizo perder la cabeza, estuvimos siempre en el partido.

¿Cómo vio el penalti?

Pitó y ya me daba igual si era o no, sólo pensaba que lo tenía que parar por todo el equipo.

¿Qué se le pasaba por la cabeza ante Francia cuando tenía a Katoto delante en el punto de penalti?

Se me pasó de todo: mi familia, mi padre, mi abuelo... confiaba en mi y en mi intuición, sabía que lo iba a parar.

¿Y cuando el balón impactó en sus brazos?

No me lo creía, de hecho, aún no me lo creo. No lo acabo de asimilar porque que en una semifinal, con una menos, te piten un penalti y lo pares es algo que nunca hubiera soñado, es lo que cualquier portera quiere, como cuando una delantera marca un hat-trick. Es lo máximo que puede hacer una portera y más en una semifinal y jugándose la vida.

Ahora queda el último escollo para hacer historia: Japón.

Ya nos hemos enfrentado a ellas, somos dos equipos que nos conocemos muy bien. Juegan con su filosofía, que es parecida a la nuestra pero creo que se puede ganar. Lo veo posible. Este equipo no tiene límites y veo a España levantando el Mundial.

¿Quién es Cata Coll?

Es una chica de Mallorca, de un pueblo pequeño que se ha criado allí, sigue viviendo allí y jugando en el Collerense, un equipo de barriada. Es una chica muy simple.

¿Cómo acabó de portera?

Era jugadora, central o mediocentro, y siempre quise ser portera, pero mi entrenador me decía que lo hacía bien de jugadora de campo. Hasta que, a los 12 años, me puse y desde entonces estoy bajo palos. Me vieron de portera y les convencí.

Dicen que para ser portero hay que estar un poco loco.

Un poco locos sí estamos, aunque más que loco hay que ser valiente.

Es la benjamina de las porteras con 17 años y con dos compañeras, Misa y Noe, que juegan en Liga Iberdrola, mientras usted está en Segunda, ¿se esperaba ser titular?

Tengo que dar las gracias a las compañeras y el cuerpo técnico por la confianza en mi. Me he sentido muy cómoda aquí. Venía del Sub-17 y no conocía a muchas compañeras y me he sentido como una más. Fui a la preparación en Tafalla como una más, a entrenar y formarme, y ha surgido esto.

Los penaltis no se le dan mal por lo visto...

La verdad es que en los penaltis me siento muy segura.

¿Cómo afronta un penalti?

Con intuición y gracias a los profesionales que nos ayudan diciéndonos dónde suelen tirar. A Katoto la tenía un poco estudiada con Vallejo (entrenador de porteras). No estaba segura de si iba a tirar ahí y cuando vi como colocaba el cuerpo sabía que lo iba a parar. Y a la final de un Mundial.

¿Quién es su ídolo?

Siempre me ha gustado el portero del Mallorca, Dudu Auate. También Casillas, por cómo es como persona, y en femenino Sandra Paños.

¿Cuál es su sueño como profesional?

Me gustaría irme al extranjero y poder vivir del fútbol. Es el sueño de todas las futbolistas. Las chicas estudiamos y jugamos porque sabemos lo que hay, en los chicos es diferente. Después llegar a la Absoluta, que es lo máximo, y ojalá con algún equipo llegar a la final de la Champions y ganarla.

Aunque el femenino ha crecido mucho estos años.

Sí, se ha notado el cambio. Los medios están más pendientes, las televisiones dan partidos en directo y eso nos hace crecer. La gente nos empieza a ver y se da cuenta de que somos iguales que los chicos.