GRUPO B | PORTUGAL - MARRUECOS
Cristiano anda suelto
El crack atemoriza a Marruecos, contra las cuerdas (14:00, Cuatro). En Marruecos puede faltar por lesión Nordin Amrabat.
La voracidad natural de Cristiano bastó a Portugal para empatar ante una España por momentos brillante, capaz de superarle en la mayor parte de las fases del juego. A pesar de su fútbol sin lucidez, el grupo de Fernando Santos demostró mantener intactas las virtudes que en la Euro 2016 le hicieron levantar el primer gran título de su historia. Hay plan y, sobre todo, un gran líder: CR7 guía y decide como lo hizo ante la Roja, con un hat-trick que agranda su leyenda de feroz goleador que desafía a las lógicas de la edad. 33 años cumplió en febrero.
Cristiano anda suelto en Luzhniki, al frente de una selección que se ha remozado con velocidad y toque (Guedes y Bernardo Silva) pero que mantiene el bloque de hace dos años, y también la misma simple filosofía. Esperar atrás y balones a Cristiano delante. Hoy volverá a aguadar agazapada a la presa de Marruecos (sigue el partido en directo en As.com). Los Leones del Atlas regresaron al Mundial envueltos en el mismo manto de desdicha que les había amargado su última aparición, Francia 98, cuando una sorprendente victoria de Noruega ante Brasil les dejó fuera de la siguiente fase. Dos décadas más tarde, un gol en propia puerta de Bouhaddouz en el último suspiro provocaba una derrota ante Irán que le pone contra las cuerdas.
Hervé Renard intentará recomponer la moral y las hechuras de un once en el que quizá falte por lesión el pepinero Nordin Amrabat, de lo poco potable ante los iraníes. El madridista Achraf volvería a su lugar habitual, la diestra.
No todo son lágrimas: el rival de hoy rescata los mejores recuerdos de la historia marroquí en el torneo, los de México-86. Entonces, el sonado triunfo ante la Portugal de un jovencísimo Paolo Futre convertía a los magrebíes en la primera selección de África que lograba alcanzar los octavos de final de un Mundial.
Era otra Marruecos pero sobre todo era otra Portugal. 32 años después, el fútbol del país vecino abandonó por fin la melancolía del fado y suena ahora al frenesí de Supersonic, esa canción de los británicos Oasis que tanto gustan a su adalid: Cristiano Ronaldo.
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