El Mundial cuesta 9.165 millones
Su organización provocará el crecimiento de un 1% en el PIB y ha creado 220.000 puestos de trabajo. El 55% de la inversión es del gobierno.
Hoy da comienzo en el estadio de Luzhnikí la vigésimo primera edición de la Copa del Mundo de fútbol que tendrá lugar en Rusia: 32 selecciones disputarán 64 partidos en doce estadios repartidos en once ciudades del país más extenso del mundo.
Las cifras del campeonato en inversión, asistencia de público, oficiales de seguridad y un larguísimo etcétera producen auténtico vértigo. El gasto total de Rusia 2018 se eleva a unos 9.165 millones de euros (10.800 millones de dólares), de los cuales un 55% procede directamente del gobierno ruso. Del resto, unos 2.800 millones son aportación de inversores privados y otros 1.272 han sido desembolsados por las regiones donde se disputarán los encuentros.
La diversificación de este gasto se ha repartido entre un 50% para hoteles, transporte y edificación de infraestructuras, mientras que otro 33% fue destinado a la construcción de estadios e instalaciones deportivas.
El propio Comité Organizador ha confirmado que la organización de este evento ha estimulado un crecimiento del 1% del Producto Interior Bruto (PIB) en los últimos 5 años, mientras que en el país predecesor (Brasil en 2014) fue sólo de un 0,6%.
De hecho Rusia supera en cifras absolutas a los organizadores de los últimos cuatro mundiales (Brasil, Sudáfrica, Alemania, Corea del Sur y Japón). Esto traducido a números se dibuja en unos 12.728 millones de euros (1.697 de ellos vinculados al turismo) el impacto que ha tenido en la economía nacional desde el 2013.
El legado del Mundial en cuanto a red de transportes, servicios, inversión en seguridad e infraestructuras será enorme. Tras el pitido final en Luzhnikí, el campeonato habrá aportado, además de una tremeda alegría al país ganador, unos 2.545 millones de euros a la economía nacional para el periodo comprendido entre 2019 y 2023.
Pero es que el presente de Rusia, inmersa en problemas políticos internacionales y económicos por las sanciones, ya siente el empuje del torneo. Desde la designación como país organizador, que se produjo en 2010, se han creado unos 220.000 puestos de trabajo, lo que ha permitido a la población incrementar sus ingresos en casi 5.940 millones de euros y por lo tanto mejorar su nivel de vida.
Seguridad, mejoras en carreteras, transporte ferroviario, instalaciones médicas, servicios, hostelería… Rusia 2018 será todo un hito deportivo para el país que catapultará a un enigmático estado a todo el mundo, pero además será el motor económico y social que impulse el avance de una nación que quiere superar obstáculos políticos internacionales para estar en la élite mundial.
El Mundial económico ya lo ha ganado Rusia, en donde lo tiene más difícil es en el apartado futbolístico, donde su selección no da para muchas alegrías.