El Saturn Training Base, todo un búnker para Cristiano Ronaldo
Tres anillos de seguridad, patrullas caninas, videocámaras, cacheos... Revisan los bajos de todos los coches con un espejo antibombas.
El pasado mes de mayo, el diario inglés Daily Mail desveló una supuesta amenaza del Estado Islámico contra Messi y Cristiano que habría sido difundida a través de la red social Telegram. Dicha advertencia consistió en una imagen en la que se mostraba a ambos cracks siendo decapitados sobre el césped en pleno partido y con el mensaje “El suelo estará cubierto con tu sangre”. Estas amenazas no han dejado indiferentes a los miembros del comité organizador del Mundial ni a las autoridades rusas. Así que el Saturn Training Base, el recinto que acoge a la selección de Portugal y en el que realiza sus entrenamientos, se ha convertido en un búnker para garantizar la seguridad de todos la expedición, pero más concretamente la de Cristiano.
Sin ir más lejos, el pasado febrero, el mismísimo presidente ruso Vladimir Putin asumió que la seguridad durante el Mundial sería tratada como una cuestión de estado: “La organización debe estar al más alto nivel y ante todo garantizar la máxima seguridad de los deportistas y de los aficionados”. Dicho y hecho. El mejor ejemplo es el Saturn Training Base. Decenas de agentes de seguridad privada, ejército y policía se distribuyen por dos anillos exteriores al recinto, un control en la puerta y varios interiores.
Una vez superados los anillos de los aledaños, llega la hora de los cacheos a la entrada. Tras pasar por el detector de metales y haber sido examinada la autenticidad de la acreditación, toca vaciar las bolsas o mochilas, abrir y encender los ordenadores y sacar de los bolsillos los objeto metálicos. El control es tan estricto que se impide la entrada con medicinas sin receta médica.
En el caso de que se quiera acceder en coche, que previamente debe estar autorizado, habrá que parar delante de una barrera de pinchos para pasar el examen de los bajos con espejos antiexplosivos, así como de la patrulla canina. Ya dentro del recinto, cámaras de seguridad controlan los movimientos de todas las visitas, las alcantarillas están selladas y se vigila que ningún dron sobrevuele el recinto. No hay duda de que Rusia se ha volcado en la seguridad de Cristiano.