Rudi García ya domó en Lille el furioso talento de Dimitri Payet
“Tenemos una relación especial, pero nunca me regala nada”, dice el capitán marsellés. Francia espera que Deschamps le llame para la selección.
Payet ha vuelvo porque Rudi García lo ha logrado de nuevo. El técnico, por segunda vez en su carrera, ha sacado lo mejor del de Islas Reunión, como ya hiciera durante el bienio que compartieron en el Lille entre 2011 y 2013. El Payet de entonces, el que llegaba al sorprendente campeón de Francia desde el Saint-Etienne, era un jugador incendiario, tan capaz de arrasar las defensas con su endomoniada conducción y su quirúrgica capacidad de disparo como de en mitad del partido llegar a las manos con Matuidi, el capitán. Incluso llegó a ser apartado del equipo verde porque no se tomó de la mejor manera que la directiva no aceptara una oferta del PSG. Indómito al mismo nivel que desequilibrante. Pero su llegada a los Dogos y la tutela de Rudi García le sosegaron. Entonces ya se creó una química rentable.
En su segunda temporada llenó incluso el vacío que Hazard dejaba camino del Chelsea. “Rudi hablaba mucho conmigo, sabía cuándo estaba bien y cuándo no, se forjó algo especial”, reconoce. El técnico había domado su furioso talento encaminándolo psicológicamente. Aquella fue la primera vez, pero ninguno de los dos lo olvidó. Sus caminos se separaron. Payet pasó por el Marsella y por el West Ham y, cuando parecía en 2016 que la Eurocopa le catapultaría, algo se cortocircuitó. Bilic acabó harto de él en Londres y por suerte Zubizarreta y, de nuevo, Rudi García le repatriaron en enero de 2017 para patronear la nave marsellesa. El técnico le nombró capitán por delante de Mandanda. Se recuperó la sintonía, no sin roces. “A pesar de que la relación es especial, nunca me regala nada. Entre nosotros no hay mentiras”, explicaba el reunionense después de que el técnico le sustituyera al descanso en un duelo contra el Burdeos. “Decisión sabia”, dijo entre dientes. Sea como fuere, el palo y la zanahoria del entrenador han dado como resultado unos seis últimos meses espectaculares y a Francia pregutándose si Deschamps se acordará de él...