David Aganzo: “Subvencionar a quien quiere fastidiar a los futbolistas es una cacicada”

David Aganzo (Leganés, 1981) siempre fue un delantero de raza. Jugó 275 partidos y marcó 75 goles como profesional con doce camisetas distintas, las de Real Madrid, Espanyol, Extremadura, Valladolid, Levante, Racing, Beitar Jerusalén, Alavés, Rayo Vallecano, Hércules, Aris y Lugo, donde coincidió con Pelayo Novo (¡fuerza amigo!) y donde se retiró en 2015. Ahora, con menos de cinco meses en la presidencia de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) en sustitución de Rubiales, ya se ha dado cuenta que, aunque vista traje sin corbata, a la moda sindicalista, deberá seguir sacando los codos. Los 9.000 afiliados por los que vela viven agitados con la creación entre sospechas de Futbolistas ON, un sindicato paralelo. El exdelantero visitó As y analizó este asunto, expuso las líneas de su proyecto y explicó los inicios en las relaciones con sus nuevos marcadores, entre los que destaca Tebas.

Aganzo va al grano: “Me sorprende que este nuevo sindicato no nos haya llamado cuando dicen que están hablando con las personas más importantes. Algunos de sus promotores son afiliados nuestros. No se entiende el movimiento. AFE está en su mejor momento. Su presidente dice que ha hablado con Tebas y que éste ‘está dispuesto a hablar de los jugadores’. A mí no me ha dicho eso en quince reuniones”.

Las dudas en torno a quién financia a Futbolistas ON comienzan a aflorar a cuenta de sus suculentas ofertas: cuotas de 18 euros para los afiliados, beIN gratis, botas Nike regaladas, becas… Aganzo, como buen ariete, sabe bien cómo y hacia adónde centrar el foco: “Dicen que lo han creado entre tres personas, pero para lanzar esto de primeras hacen falta unos 200.000 euros. La oficina está en un buen polígono de Alcobendas. Primero dicen que quieren ir de la mano de AFE y luego que pelearán por quitarle parte del dinero que le llega. Y las marcas con las que alcanzan acuerdos son las que tiene LaLiga. Esto huele. No tiene sentido. Me preocupa”.

Matallanas aprovecha para preguntarle si AFE, ante este choque de trenes, se propone pedir la exclusividad de afiliación: “Lo miraré. Es una posibilidad. En este nuevo sindicato creo que la prioridad no es mejorar la vida de los futbolistas. Cómo van a luchar por los derechos de los jugadores si con quien van de la mano es con la patronal que les paga”.

Surge en la conversación los rumores de que hay movimientos para crear sindicatos paralelos en los otros estamentos (técnicos, árbitros…) como estrategia de sus promotores para plantarse en los comicios a la FEF de 2020 con más garantías de votos. Aganzo se retuerce al escucharlo: “Si lo hacen hay que levantarse e irse”.

Combativo. De repente, Manolete aparece en escena para soltar una posibilidad en forma de bomba: “¿Os planteáis hacer una huelga por este conflicto?”. Aganzo acepta el envite: “Pues… No voy a permitir que nadie subvencione a nadie para perjudicar a los jugadores. Éste es un sindicato unido durante 40 años y se está jugando con el trabajo de muchos presidentes como Quino, Asensi, Movilla, Rubiales… y jugadores que dieron la cara a lo largo de la historia por todos. Algunos nos quieren molestar y nos van a tener enfrente. Insisto: no permitiré que se subvencione a quien quiere fastidiar a los futbolistas. Esto es una cacicada que hay que parar. Habrá que ver”.

Ampliar

Relaño intenta rebajar la tensión con humor: “Parar el fútbol es como prohibir el café con leche. La tradición de AFE es muy bonita y no se puede ir a la huelga por cualquier cosa. Esto no es suficiente”. Aganzo vuelve a recobrar su pulso habitual: “No digo que vayamos a hacer seguro una huelga por esto, pero es muy serio y hay que escuchar a los futbolistas. Todos están preocupados con lo que leen. Hablamos con los internacionales antes del España-Argentina y comprobamos que todos están a muerte con nosotros. En nuestra Junta están De Gea, Nacho, Busquets y Mata, entre otros. ¿A estos van a ir los del nuevo sindicato a ofrecerles beIN Sports gratis y botas...?”.

En la charla se plantea una solución que lanzó esta semana Larrea: la unión de sindicatos. “¿Juntarnos? Larrea bastante tiene con las elecciones a la Federación”, contesta tajantemente el presidente de AFE. El tema electoral no le interesa demasiado pese a que ya es directivo de la FEF: “A Rubiales ni le veo. Y Larrea sabe de qué pie cojeo. Hemos recibido a los dos. No soy de ninguno. No voto. Estoy cero metido en esto, pero en la Asamblea hay 13 jugadores profesionales y 19 no profesionales. Tenemos mucho peso”.

La rueda de preguntas al invitado van y vienen en busca de temas más relajados. Pero todos los caminos vuelven a llevar a Tebas: “Uno de mis mejores momentos fue en el Rayo, donde él estaba llevando la Concursal… Entonces ya le dije: ‘La que están montando. No nos pagarán’. Aún estoy cobrando parte de aquello y lo haré hasta 2020 o más. Fue duro. En Grecia también me quedé sin cobrar. Menos quedarme embarazado me ha pasado de todo. Me han dejado de pagar el 30% del dinero que gané jugando”.

Aganzo reconoce que ahora no hay tantos problemas en la élite. Acepta que hay que cambiar cosas para que la 2ªB y Tercera estén a la altura de los 2.000 millones que genera el fútbol, pero reivindica que AFE ya está haciendo bastante con sus 14 millones de presupuesto, de los cuales el 40% le llegan por LaLiga: “El 0,5% del Real Decreto audiovisual (unos 7 millones) sólo va para los profesionales y se destinan a servicios para el resto”. Relaño interviene: “Si no fuera por el control económico aún hoy habría problemas de pagos. Yo he criticado a Tebas muchas veces, pero en LaLiga ha hecho cosas buenas”. Aganzo puntualiza: “Los chavales están asegurados por eso y por lo que hace AFE. Ha llegado a haber más de veinte clubes en Concurso. Eso se acabó en 2011 por nuestra desconvocatoria de huelga”.

Al madrileño le molesta que haya dirigentes que no escuchen o falten al futbolista. Le pasa con el VAR: “No se puede imponer nada. Aquí ni se consulta a los jugadores, que al final son los que juegan”. O con el fichaje de los saudís: “No me gusta cuando Tebas hace las cosas por sus narices. Es increíble. ¿No iban a jugar? Ni han debutado. Es una falta de respeto”.

Aganzo apela entonces al cuidado de la cantera, donde él se dio a conocer: “Empecé en Leganés. Yo soy del barrio de Zarzaquemada. Del Bosque me fichó a los 15 años como delantero con 1,57 de altura y cuando llegué había uno con pelos en las piernas y 1,80. Pensé que no iba a jugar jamás. Y mira, debuté con el primer equipo en Rosenborg”. Roncero se incorpora con los ojos como platos para escucharle: “Fue el año de la Octava, siendo un crío, porque Anelka no quería jugar, Zárate no podía por extracomunitario, el titular del Madrid C, Lafuerza, estaba lesionado. Pasé del juvenil al primer equipo. El día antes se rompió Morientes. Y pensé, jugarán Guti y Raúl. Cuando en la alineación dijeron mi nombre no me lo creía. Me tocó cubrir a Carew a balón parado, yo con 1,78 y él con sus 2,05. Le hice internacional”. Colino, enviada a aquel partido, sentencia: “Ese día fichó el Valencia a Carew”.

Después, con un Europeo y un Mundial Sub-20 en sus vitrinas (con 3-0 a la Brasil de Ronaldinho incluido), Aganzo empezó a recorrer España de equipo en equipo: “En el Alavés marqué un gol después de una dura lesión en Santander y me dio tanta alegría que lo celebré como un loco. Tanto que no vi el foso que había entre el césped y la grada y me di un trompazo de los buenos. He tenido ocho lesiones gordas y hasta 14 luxaciones. La primera grave fue a los 18 años y eso marca. Me lo he pasado bien y he conocido a mucha gente. El peor trago fue cuando salía con Milene y coincidí con Ronaldo en el Madrid, su exmarido. No fue fácil. Él fue el jugador que más me sorprendió. Igual, si no hubiera sido por las lesiones, yo podría haber hecho más. Pero estoy orgulloso. Y lo está mi familia (su padre fue extremo). Camacho me quería en la Selección. Lástima. Y hubiera estado bien jugar en Primera con el Leganés. He disfrutado viajando y conociendo otros idiomas. Hablo más griego que inglés”.

Hace meses tenía propuestas como director deportivo y técnico que es. Pero prefirió algo más cañero. Defender a 9.000 compañeros. “No nos van a pisar. Si me viera mi madre ahora... Era mi gran apoyo”.