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CARTAS DESDE MOSCÚ

El metro ruso, un búnker para evitar atentados en el Mundial

El suburbano de Moscú lo usan 9,2 millones de personas al día. Identificados los autores del atentado del metro de San Petersburgo.

Policías con perro ya patrullan por los vagones del metro.
AFP

El que firma este artículo bien podría decir eso de la canción: ¡cómo hemos cambiado! Llevo más de ocho años en Rusia y si algo ha evolucionado a una velocidad de vértigo ha sido el metro, que en ciertos momentos tiene frecuencias de paso de 30 segundos.

En sus instalaciones, millones de aficionados pasarán horas para ir al estadio donde juegue su selección, sacarse una foto al lado de un mosaico soviético o tocarle el hocico al perro de la estación Ploshad Revolutsi.

Amén de modificaciones en cartelería y el interior de los vagones, que preservan el aroma de antaño con un toque sofisticado, la seguridad es uno de los mayores cambios que ha sufrido. Si antes apenas había un par de agentes por estación que realizaban controles aleatorios de documentación, eso ha dado un giro radical.

El metro se ha convertido en un búnker que utilizan alrededor de 9,2 millones de personas en un día normal, cifra que se disparará entre el 14 de junio y el 15 de julio por la llegada de hinchas.
Revisión de mochilas, arcos de seguridad, guardias con detectores de metales, escáneres y más presencia policial (6.500 uniformados repartidos por las diferentes líneas) se han dispuesto para evitar tragedias, como el ataque de 2017 en el que 16 personas murieron en el metro de San Petersburgo.

Con respecto a este atentado, la portavoz del Comité de Investigación de Rusia, Svetlana Petrenko, informó ayer de que todos los presuntos implicados (materiales e intelectuales) en dicha masacre, que tuvo lugar el 3 de abril de 2017 en el metro de San Petersburgo, han sido identificados.

Alrededor de las 14:40 (hora local) del mencionado 3 de abril una bomba estalló entre las estaciones de Sennaya Ploshchad y el Instituto Tecnológico, en el metro de San Petersburgo, mientras que un segundo artefacto fue neutralizado en otra estación. Las cámaras del metro captaron las imágenes de la persona que presuntamente colocó el artefacto que estalló posteriormente, el cual habría sido identificado como Akbarzhon Jalilov, un ciudadano kirguis nacido en 1995.

Por todo eso, el peligro de que el Estado Islámico atente sobrevuela desde que Rusia comenzó su operativo antiterrorista en Siria. De hecho, muchos integrantes de las antiguas repúblicas soviéticas se unieron a esos yihadistas y el FSB (antiguo KGB) ha capturado a decenas de esas personas en suelo ruso.

Con numerosos vagones personalizados con carteles históricos, mascotas y otros motivos relacionados con mundiales anteriores, el metro también se ha mimetizado con esta cita deportiva. Además, los usuarios extranjeros tendrán la ayuda de unos 400 empleados que podrán resolver sus dudas en inglés y más de 150 taquillas contarán con un cártel de ‘We speak English!’.

Esas personas hablarán con fluidez y “podrán explicar fácilmente a los turistas extranjeros qué tipo de billetes tienen a su disposición o cómo pueden recargar su tarjeta de transporte y les ayudarán a orientarse”, ha manifestado Maxim Liksutov, jefe del Departamento de Transporte de Moscú.