Los aficionados del Atlético podrán observar atentamente al Lokomotiv y a sus hinchas. Y no en un partido cualquiera: el líder de la Premier rusa recibe al Spartak, aún en las retinas de Europa tras los incidentes de Bilbao. El presidente del Loko, Iliá Gerkus, envió un mensaje tranquilizador: “No van a suceder cosas similares con nuestros hinchas”. Hoy se podrá comprobar. Pese a los -15ºC que se esperan en Moscú, el derbi se ha cogido con ganas tras el parón y el RZD Arena estará lleno: 28.800 personas.
Las aficiones no han tenido grandes enfrentamientos en el pasado, pero lo apretado del campeonato y los disturbios protagonizados por los espartanos en la cita europea convierten el partido en una prueba de fuego. La tranquilidad de Gerkus quizá venga porque en Moscú es difícil una batalla campal cerca de un estadio. No se ven disturbios así desde hace más de 10 años. La prohibición de venta de alcohol en las cercanías del estadio y su ingesta en la calle ayudan a calmar los ánimos de los que quieren poner a prueba a los cientos de policías y antidisturbios.