FINAL DE COPA | BARCELONA-ALAVÉS
La final será en el Calderón y la FEF asegura al Sevilla la de 2018
El Pizjuán compitió en la votación pero Villar, tras el acuerdo de verano con Cerezo, había aleccionado a los votantes. A cambio la actual Junta se comprometió para el futuro.Sorteo Copa del Rey en directo: cruces de cuartos de final
Ya es oficial: la Federación ha decidido que, tras el debate de todos los años por no tener sede fija, la final de la Copa del próximo 27 de mayo que disputarán Barça y Alavés se juegue en el Vicente Calderón (54.851 localidades). Será la segunda vez consecutiva que albergue la final, tras la del año pasado entre el Barça y el Sevilla, y la tercera en las últimas seis ediciones (2012, 2016 y 2017). En el estadio del Atlético ya se han jugado trece finales de Copa. En la primera, en la temporada 1972-73, el Athletic le ganó al Castellón (2-0).
Villar le dio su palabra a Enrique Cerezo en verano de que la final se jugaría en el Calderón a modo de homenaje por la despedida del estadio tras 50 años de historia. Y ha cumplido. Ese día cierra sus puertas para los partidos oficiales, ya que el equipo rojiblanco se trasladará al Wanda Metropolitano, donde jugará a partir de la próxima campaña y donde ha pedido que se disputen todas las finales de Copa a partir de ahora. El acuerdo para esta edición se alcanzó de palabra sin saber si jugaría el Atlético, así que ahora que cayó en semifinales y no se iba a ver favorecido cobraba más sentido esta propuesta. Ayer se votó, porque el Sevilla ofreció el Sánchez Pizjuán, pero los votantes estaban aleccionados. A cambio, la FEF se comprometió con el Sevilla para 2018, si es que sigue la Junta actual (hay elecciones), para que pueda lucir la gran remodelación que está haciendo.
La FEF dejó que Barça y Alavés se pronunciaran sobre sus preferencias, pero tenía claro que las descartaría en favor del Calderón, que fue la primera propuesta formal que le llegó. La segunda fue el Sánchez Pizjuán. La FEF sólo llegó a dudar con el Camp Nou por su aforo, pero el Alavés lo desechó tras dudar su presidente. Pellegrino prefería un campo neutral. La propuesta vitoriana fue San Mames, aunque la celebración del concierto de Guns N’Roses el 30-M lo hacía inviable. Los dirigentes culés pensaron jugar en casa, a la vez que enredaban con el Bernabéu para comprometer a Florentino.
Aun así, ni el Madrid ofreció su estadio ni éste iba a estar disponible, según el club blanco, por unas obras ni Villar pensaba fallarle a Cerezo. Tanto es así que la FEF iba a reunirse esta semana con el Barça y el Alavés para consensuar la sede y el presidente de la Federación se anticipó en la Junta, pese a que el tema central era la convocatoria de elecciones (ijadas para el 22 de mayo). para cerrar el debate. Ahora se verán, pero para cerrar (puede que con algo de mosqueo) los detalles de la organización de la final y el reparto de las entradas.
Mientras, un sector de la afición del Atleti presionó a Cerezo durante la semana pasada para que reconsiderara su postura, con el objetivo de que la final no se celebrase en el Calderón. Algunos aficionados entienden que el adiós al estadio no se puede llevar a cabo sin que el Atleti esté sobre el césped (el club no descarta que se juegue un amistoso más en verano o incluso una previa de la Champions). Y muchos más no quieren que el himno español sea de nuevo despreciado por parte de la afición del Barça. Ahora, con la decisión ya tomada, hay una movilización a través de las redes sociales de parte de la hinchada atlética para boicotear, de forma pacífica pero tajante, la final. “Mi butaca, en la que he vivido muchísimas emociones, se viene conmigo el día del Athletic” (último partido de Liga), decían ayer algunos tuits a través de los hashtags #noenelcalderon y #LlévateTuButaca.