El Leganés le amarga el debut con el Villarreal a Fran Escribá
Los pepineros dominaron a un Submarino Amarillo que exhibió más pegada que juego. En apenas cuatro días jugarán la previa de la Champions ante el Mónaco.
El Leganés se ha llevado el Trofeo Villa de Leganés en su último partido de pretemporada después de vencer 3-2 al Villarreal en un duelo que sirvió para que Fran Escribá se pusiera por primera vez a los mandos del Submarino Amarillo sólo cuatro días antes de jugar la ida de la previa de la Champions ante el Mónaco.
No fue para el técnico el debut soñado después de comprobar cómo los suyos apenas pudieron someter en tramos de la segunda parte a un Leganés competitivo y sólido, disciplinado y bregador. Cierto es que Serantes acabó desbaratando cerca de media docena de claras ocasiones visitantes, pero no menos cierto es que fueron remates fruto de la lógica y superior pegada que se le supone a un equipo consolidado en la élite frente a un recién ascendido al olimpo del fútbol español.
La primera parte se transformó en un viaje en el tiempo. O, dicho de otra manera, parecía que las hojas del calendario no habían pasado por un Estadio Municipal de Butarque que contemplaba el partido presentación de una nueva temporada como si nada hubiera cambiado con respecto a la anterior, esa que, todavía en Segunda, tenía al Leganés como tirano de (casi) todos sus partidos en casa.
Y todo bajo la tutela de los de siempre. Serantes lo paró todo. Timor dirigió la orquesta. Gabriel metió riesgo en la mediapunta y Szymanowski, la fantasía eléctrica pegado a la banda izquierda. El toque de Unai López, la potencia de Adrián Marín y el ‘pivoteo’ de Guerrero, los fichajes presentes en el once de Garitano, añadieron nuevas virtudes a una competitiva y bien engrasada maquinaria blanquiazul.
El dominio de esos 45 minutos iniciales fue básicamente pepinero. Todo en evolución ascendente. Tras los tímidos coqueteos iniciales, tras un primer intercambio de acercamientos por parte de ambos equipos, fue el Leganés el que tuvo la primera ocasión del encuentro. Un lanzamiento lejano de Timor, el mejor de los madrileños de la primera mitad, allá por el minuto 10 de partido, dio inicio a las hostilidades. La bola por poco sale del estadio. Poco importaba. Había comenzado la fiesta.
Y bien pudo descorchar la primera botella el Villarreal. Pato, tras una pérdida de Unai López tuvo la primera clara para los suyos en un disparo de media distancia en el 17’. Un minuto más tarde, Serantes salvó el 0-1 con una gran parada abajo en un mano a mano con el Italo-germano Sansone. Sólo cuatro minutos más tarde, quiso el acierto local que el gol se decantará por el Leganés. Timor ejecutó plana y con potencia una buena falta lateral desde la derecha que acabó en los pies de un solitario Víctor Díaz. El sevillano, falto de marca, apenas tuvo que empujarla. Fallo del Villarreal. Fallo notable.
Guerrero, en el 24’, y Víctor Díaz (de nuevo), en el 37’, pudieron ampliar la ventaja poco después de que Serantes salvará después un gran remate de Sansone. Castillejo, pleno de efervescencia en la primera parte, tuvo la última en el 42’. La mandó desviada.
Escribá sacó ya al descanso parte de su banquillo para dinamizar un partido que cambió de ritmos en la segunda mitad. Falto de oxígeno, al Leganés se le notaron las carencias. Las buscó con ahínco Mario González, uno de los nuevos, tras la reanudación. Sus embestidas acabaron en un empate plagado de rechaces en el que el canterano fue el más listo. Fusiló a Serantes.
Gol de justicia para lo que estaba sucediendo en los primeros minutos de un duelo que volvió a voltear Guerrero con la complacencia de Rodrigo. El mediocentro le regaló una asistencia perfecta para, solo delante de Barbosa (otro de los recién entrados), batir sin problema su meta. La euforia volvió a las gradas hasta que Bustinza cometió un claro penalti que anotó Sansone. Ahí, en el 66’, acabó la intensidad de un duelo que apenas dejó más que un puñado de acercamientos aislados (Serantes acabó como el mejor del partido) y un claro penalti sobre Guerrero (minuto 75), hasta que Bonera cometió penalti sobre Gabriel. Szymanowski lo transformó con serenidad a falta de seis para el final.
No le dio tiempo a la remontada a los visitantes. De hecho, Guerrero tuvo el 4-2 en el 85’ (paradón de Barbosa). Así terminó un duelo de sensaciones enfrentadas en sus contendientes. Positivas para un Leganés que supo recuperar su gen competitivo en su primer (y último) duelo ante un Primera en esta pretemporada. Dubitativas para un Villarreal que, por primera vez con Fran Escribá al timón, alimentó dudas de cómo llegará al envite europeo frente al Mónaco del próximo miércoles.