Esteladas: el Gobierno se contradice sobre su prohibición
Soraya Sáenz de Santamaría aduce criterios técnicos y no políticos en este caso mientras que García-Margallo dice que sí es una cuestión política.
La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, ha negado hoy que haya razones políticas en la prohibición de exhibir esteladas en la final de la Copa del Rey, ha argumentado que la decisión obedece a criterios técnicos y operativos y ha pedido que se evite politizar el fútbol. En rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, Sáenz de Santamaría ha lamentado que haya "una tendencia en ocasiones muy exagerada de tratar de politizarlo todo", cuando el partido del próximo domingo es un acontecimiento deportivo pensado para que los aficionados puedan disfrutar del fútbol.
"Dejemos de politizar todas esas cosas", ha reclamado la vicepresidenta, quien ha subrayado que la Delegación del Gobierno en Madrid y la Junta de Seguridad tomaron la decisión de prohibir las esteladas en el partido "con criterios técnicos y operativos, no políticos", en función de la ley contra la violencia en el deporte, cuyo objetivo, ha dicho, es que "no exista otra rivalidad que la deportiva". Una doctrina, que ha recordado, ha mantenido la UEFA y la Federación Española de Fútbol en otras ocasiones, señalando una "larga lista de objetos prohibidos", entre los que está el material de propaganda política.
Estas palabras contradicen la versión del ministro español de Exteriores y Cooperación en funciones, José Manuel García-Margallo, que calificó hoy de "política" más que legal la decisión de la Delegación del Gobierno en Madrid de prohibir las esteladas en la final de la Copa del Rey del próximo domingo en el estadio Vicente Calderón. "Soy consciente de que la ley tiene diversas interpretaciones y de que no es una interpretación unívoca. Pero también digo que mucho más que una cuestión legal es una cuestión política y, si me permiten, una cuestión sentimental", indicó el ministro en una rueda de prensa durante una reunión de ministros de Exteriores de la OTAN.
Según Sáenz de Santamaría, el objetivo de la decisión de la Delegación del Gobierno en Madrid es que no se desvirtúe la naturaleza deportiva de ese acontecimiento. "Fútbol es fútbol", ha dicho parafraseando al jugador y entrenador serbio Vujadin Boskov. También ha dejado claro que el Gobierno respetará y acatará la decisión que sobre este asunto adopten los tribunales, después de los recursos contra la prohibición de las esteladas en el partido que ha presentado una asociación de abogados y el Fútbol Club Barcelona. "Para que nadie pueda decir si la interpretación es o no correcta, hay pendiente un proceso judicial que tendrá que decir si es o no ajustada a derecho", ha apostillado.
Sáenz de Santamaría ha explicado que la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, no informó de esa prohibición al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, porque no era una decisión política, sino operativa. En este sentido, ha avalado las palabras del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al decir que la decisión no es competencia suya, y ha recordado que hay un principio de competencia administrativa y es la Junta de Seguridad la que ha interpretado la norma. "No es competencia del presidente interpretar los criterios técnicos de la ley del deporte, para eso hay una Junta de Seguridad. No veo yo al presidente del Gobierno fijando los criterios de seguridad de ninguna cosa, porque no es su competencia", ha subrayado.
Además, ha rechazado la posibilidad de que Dancausa tenga que dimitir si el juzgado de lo contencioso-administrativo número 11 de Madrid levanta la prohibición. "Si por cada contencioso que se gana o pierde dimitieran quienes no se les da la razón, imagínese lo que sería esto", ha apuntado. Preguntada sobre el anuncio del presidente catalán, Carles Puigdemont, y de las alcaldesas de Barcelona y Madrid, Ada Colau y Manuela Carmena, de no acudir al partido, se ha limitado a insistir en la necesidad de "no politizarlo todo".
Y someterse además a lo que decidan los órganos jurisdiccionales, ha añadido. "Nosotros ni lo hemos politizado ni lo vamos a politizar, pediría que no lo hicieran", ha remachado, convencida además de que "lo que le va a pasar a Puigdemont es que acabará siendo rehén de sus propias palabras". "Cuando uno dice ciertas cosas, pues con mayor motivo cuando se tienen que respetar la ley, la Constitución y los símbolos constitucionales", ha añadido.
Igualmente, ha señalado que es una final importante para las ciudades de Madrid y Barcelona, por lo que ella lo que haría si fuera alcaldesa de alguna de ellas es ir a ver el partido y aprovechar la promoción de sus ciudades. Para la vicepresidenta, "es bueno institucionalmente saber lo que tiene que hacer uno".