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LA INTRAHISTORIA

Luis Martínez marcó un gol histórico del Granada al Atleti

En 1959 el Granada logró el único triunfo a domicilio ante los rojiblancos. El atlético Griffa falló un penalti y Vázquez y Peiró fueron expulsados
Atletico Madrid-Qarabag

Piris, portero del Granada, busca el balón ante las miradas de Pellejero, Méndez, Luis Martínez (de perfil), al lado de Adelardo, Vavá...

Tenía 20 años cuando debutó, el 18 de octubre de 1959, en Primera División: Luis Martínez Blanco –Martínez para el fútbol– nacido en el barrio madrileño de Embajadores, pero enrolado en el equipo visitante: el Granada, que ese día obtuvo su única victoria en el campo del Atlético de Madrid. 0-2, con participación decisiva del debutante, que marcó el primer gol y dio en bandeja el segundo.

—Un madrileño que debuta en el Metropolitano. Buen lugar para debutar...

—Yo jugaba en el filial del Granada, en Tercera, y el jueves anterior al partido me dijo Kalmar, aquel húngaro que entrenaba al Granada: “Luisito, ¿te gustaría jugar el domingo con nosotros?”. Y yo: “Pues claro...” “Pues pásate por el club esta tarde y firmas”. Me hicieron un contrato por tres temporadas. Yo quería firmar una, pero el presidente, don José Jiménez Blanco, me dijo: “O tres o ninguna”. Con una ficha de 50.000, 60.000 y 75.000 pesetas por cada temporada. Telefoneé a mis padres: “Que voy a Madrid, que juego el domingo”. ¡Figúrese!

—¿Y cómo llegó a Granada?

—Jugaba en juveniles, en la Ferroviaria...

—¿...la Ferroviaria?

—Un equipo histórico de Madrid que en la posguerra había estado en Segunda. Jugábamos en el Campo del Gas. Yo destacaba, había ido con la selección de Castilla a un torneo de juveniles en Italia, en San Remo. Vino José Manuel González, técnico del Granada que había jugado en el Real Madrid, y nos llevó a Mingorance y a mí.

—Me han dicho que cuando llegaron a Granada, en 1957, aquella ‘ese’ de madrileños con la que hablaban chocaba mucho por aquí...

—Hombre, no fue para tanto, éramos jóvenes... Aquí querían que jugasen los de casa... Normal...

—Y por fin se ve en el Metropolitano, en Primera. ¿Usted era atlético o madrdista?

—Tenía simpatía por el Real Madrid. De niño había visto jugar a Di Stéfano, primero en el Millonarios, después cuando ganó la primera Copa de Europa. Me deslumbró.

—¿Trataba de imitarlo?

—No, qué va. Era inigualable. Yo era futbolista de primer toque, de darla y me voy... De apoyo. Aquel Granada acababa de jugar la final de Copa contra el Barcelona, pero era muy veterano: Benavídez, Becerril, Pellejero, Vázquez, Méndez, Vicente, Candi... Por eso nos pasaban al primer equipo, para refrescar el centro del campo. A mí, a Mingorance, que debutó un par de semanas después, a Vílchez, a Guerrero, a Castillo...

—¿Qué le dijo Kalmar?

—¡Aquel hombre tan bueno! Me dio ánimos, que jugase como siempre, “como tú sabes, Luis”, tranquilo, sin nervios, apoyando en el centro del campo y que procurase ayudar en ataque cuando subiéramos.

—Pues vaya que ayudó...

—Estábamos cero a cero al descanso. Nada más empezar el segundo tiempo se escapa Arsenio (Iglesias), que era muy rápido, muy técnico, yo me fui por detrás abriéndole el campo, tira esquinado por bajo, da en el poste y me viene a puerta vacía. No tuve más que empujarla.

—Con el 0-1 se agrió mucho el partido...

—Nos pitaron un penalti en contra. Nadie quería tirarlo y al final se decidió Griffa. Muy fuerte pero sin colocar. Piris la echó a córner. Seguíamos aguantando y se lio una gorda en una entrada de Vázquez, que Peiró se revolvió... Los dos a la calle. Ya estaba terminando el partido y con el Atlético volcado cogí una pelota en el centro del campo, me sale Griffa y como deja hueco se la doy a Carranza... Estaba en su mejor momento. Se fue con terreno por delante y aseguró el partido: 0-2. ¿Quién iba a decir que desde entonces no ganaría el Granada al Atlético en casa?

—Desde entonces no ha ganado allí el Granada...

—Ni yo, que jugué en el Metropolitano con el Murcia y con el Mallorca. Siempre me salieron buenos partidos, pero no volví a ganar.

—Ni al Madrid, su equipo...

—Esa misma temporada vino el Madrid a Los Cármenes en la penúltima jornada. Se jugaba la Liga. Se ponen 0-2 y les empatamos. Estábamos 2-2 y Arsenio la coge, ve a Domínguez adelantado y se la manda por encima desde los banquillos. 3-2, con una prima que llevábamos del Barcelona si ganábamos. ¡Pero aquel Madrid...! Sacan un córner, no la bloca bien Piris y Puskas, que no necesitaba nada para armar la pierna, remata y gol. Y todavía otra más, con un rebote en Méndez en el último minuto y... ¡nos ganan! Yo jugaba de interior. Le entré a Di Stéfano, le derribo. Falta. Me miró desde el suelo como miraba Alfredo cuando estaba enrabietado... Se levanta y le dice a Marquitos: “Marcos, dale al nene”. Luego estuve con Marquitos en el Murcia y recordábamos la anécdota.

—Segunda temporada en el Granada: fichajes jóvenes como Cándido, Manolet, Torres, Requena, Álvarez... y de calidad, como Lalo o Larraz. Y se fueron a Segunda, ¿por qué?

—Con Argila de entrenador. Me puso en Atocha, en la primera jornada. Me quitó. Vamos a Santander y me dice que necesita hombres de más peso en un campo embarrado. Y pone a Larraz, que era más menudo que yo... No supimos reaccionar.

—Entonces, se fue al Murcia...

—Jugamos en Segunda con Heriberto Herrera. Estuvimos a punto pero no ascendimos. Se dijo que el presidente decidió recuperar el dinero que le debía el club: 3 millones y medio por Lalo, Álvarez y yo, al Murcia, y uno y medio por Mingorance, al Córdoba.

—Negocio redondo del Granada: los trajo de juveniles muy baratos y los vendió por buen dinero...

—Siempre rendimos por donde fuimos. Mingorance fue internacional y acabó en el español de los ‘delfines’. De mí se encaprichó César, el entrenador que estaba formando el Zaragoza de los ‘magníficos’. Negociaron el traspaso con el Murcia pero se rompieron las negociaciones y no pude jugar con Marcelino, Villa, Santos, Endériz, Canario, Reija, Lapetra... César me llevó después al Mallorca y, de allí, al Valladolid. Después de dos temporadas, volví a Granada para acabar por donde empecé, en el Recreativo, filial del Granada. Con Navarro, Garre, Manolín, Aguilera, Lelo, Garrido... que empezaban entonces.