Los 5 pecados del Madrid que le condenaron en Wolfsburgo
96 horas después de ganar al Barça en el Camp Nou, el Madrid se gripó en la casa de los Volkswagen. Sin claridad desde el banquillo, se complicó el camino a la Undécima...
96 horas después de asaltar el Camp Nou y ganarle al Barça en el Camp Nou (1-2), el Real Madrid se gripó en el Volkswagen Arena de Wolfsburgo. El Madrid volvía a sucumbir en Alemania, pero el de enfrente no era el ogro alemán que atemorizó a los blancos en décadas pasadas. Era el octavo de la Bundesliga (está a 34 puntos del Bayern, líder). Un Wolfsburgo que con entusiasmo, orden y Draxler le bastó para bajarle los humos a un Madrid que pecó de falta de intensidad. Esto, el exceso de confianza, fue el primer pecado que cometieron los de Zidane y que les ha empinado el camino a la Undécima, a la que se aferran como el gran objetivo de la temporada. Pero hubo más…
1. Falta de intensidad.
El Real Madrid jugó sin pasión. Aunque es cierto que el equipo salió bien al césped del Volkswagen Arena (le anularon un gol a Cristiano en el 1’ y reclamaron un penalti a Bale en el 3’), poco a poco fue perdiendo jerarquía hasta que llegó el penalti de Casemiro y el gol de Ricardo Rodríguez (minuto 17). Ahí se desataron los despistes y los errores defensivos. El Madrid perdió hasta 130 balones (119 el Wolfsburgo). La defensa quedó retratada y los alemanes aprovecharon esa ‘pájara’ con envíos a la espalda de laterales y centrales. Entre Danilo, Ramos, Pepe y Marcelo perdieron 55 balones… El 2-0 les puso en evidencia. En tres movimientos marcó el Wolfsburgo con una gran facilidad ante la pasividad de Ramos y Marcelo, que parecían ajenos a la jugada. Los alemanes les ganaron en entusiasmo: corrieron cinco kilómetros más que los blancos (110 frente a 105).
2. Danilo.
El brasileño merece un capítulo aparte. Zidane volvió a hacer una concesión al palco (31,5 millones de euros costó el pasado verano, más comisiones) y le dio la titularidad sentando a Carvajal, el mejor del Camp Nou. El canterano, ante el Barcelona, volvió a dar un magisterio de presión y colocación. Su brío resultó esencial a la hora de gestar el 1-2 de Cristiano y durante el partido redujo a la nada a Neymar. Justo lo que hizo el miércoles Draxler con Danilo. El alemán, acostado todo el partido en la raya izquierda, destrozó al brasileño, que aparte de ser una vía de agua en defensa no aportó nada en ataque. Sus números le señalan: recuperó sólo un balón, el que menos de todo el once del Madrid incluido Benzema, que jugó 40 minutos. No ganó ningún balón aéreo, ningún duelo, no despejó ningún disparo… Zidane justificó la decisión diciendo que Danilo fue titular para dar descanso a Carvajal, un jugador de 24 años y acostumbrado a encadenar encuentros de altos vuelos. Un error antes del inicio del partido y por ahí, por la derecha, comenzó el derrumbe del Madrid…
3. Benzema jugó 28 minutos cojo.
El francés estuvo jugando 28 minutos cojo, lesionado en la rodilla tras una entrada de Naldo. Zidane le aguantó en el campo y eso pesó. Incluso con esa cojera ostensible, Karim estuvo a punto de marcar. Pero el técnico no tuvo la iniciativa de sustituirle. “Yo le preguntaba y él me decía que podía seguir. Cuando me dijo que ya no podía decidí sustituirle”, confesó Zidane. Una concesión del entrenador que se paga en competiciones como la Champions. Benzema se marchó en el minuto 40 y le sustituyó Jesé, otro error del francés…
4. Fallo en los cambios.
El primero fue obligado por la lesión de Benzema en el minuto 40, con 2-0 en el marcado. Zidane decidió meter a Jesé, un delantero, cuando el partido requería fortalecer la media con un centrocampista. En el Madrid no había conexión entre Modric, mal ante el Wolfsburgo, y Kroos, irrelevante. Pese a desintegrarse la BBC con la lesión de Karim, Zizou se empeñó en mantener el 4-3-3 y el equipo se empantanó. Después, en el 64', en la fase decisiva del partido, decidió quitar a Modric para meter a Isco, que no agitó al equipo de la forma esperada. La salida de Kroos por James (el equipo acabó con un solo mediocentro, Casemiro) volvió a evidenciar la falta de claridad del técnico, que no tiró de Lucas Vázquez, jugador de desborde e intensidad. "Con los cambios no marcamos la diferencia. El responsable soy yo", sentenció Zidane.
5. Cambio de Bale a la derecha.
Gareth Bale arrancó el partido en la izquierda, variante que desplazó a Cristiano de su zona de confort. El galés brilló en esa demarcación, su sitio natural. Volvió loco a Vieirinha, pero el equipo se empeñó en volcarse a la derecha. Pero en el minuto 68, justo cuando se produjo la tángana como consecuencia del rifirrafe entre Marcelo y Arnold, Bale tuvo una conversación con Zidane. El galés, en la reanudación del juego, se ubicó en la derecha, donde se vino abajo. Y con él, el equipo, que terminó perdiendo los papeles. El partido acabó 2-0 y al Madrid, ahora, le toca remontar el próximo martes en el Bernabéu para seguir soñando con el clavo ardiendo de la Undécima y así salvar una temporada convulsa.