La gloria sale de Maracaná

La final más repetida de la historia, la que ya han jugado Argentina y Alemania en otras dos ocasiones (1986 y 1990), la que por fin puede coronar a un equipo europeo en América, incluso la que enfrenta las nacionalidades de los dos últimos Papas. Maracaná será el centro del planeta para albergar un choque de gigantes, uno de esos por los que merece la pena el fútbol. En realidad el que gane de entre argentinos o alemanes volverá a sentir la grandeza después de demasiado tiempo sin hacerlo. Ya son 24 años sin que los alemanes sean campeones del mundo y 28 en el caso de los argentinos. Muchos. Nadie duda de su capacidad para generar equipos campeones con facilidad, pero hasta los equipos campeones necesitan sentir esa sensación que dan las victorias. Hoy es uno de esos días.

Alemania ha acariciado títulos recientemente, pero sin lograrlos. Su fiabilidad está fuera de duda y la convivencia en las rondas finales de todos los campeonatos es un hecho. Siempre está entre los mejores y, sin embargo, no es suficiente. Por eso su federación trazó un plan para cambiar el estilo y la mentalidad del equipo y encauzarlo hacia un tipo de fútbol más talentoso que físico. La exhibición ante Brasil en las semifinales le coronó en este sentido, pero de poco sirve eso cuando queda una cima por ascender. De hecho, los ganadores anticipados suelen tener mucho que perder y poco que volver a ganar. Löw se esfuerza en transmitir eso a sus jugadores, entre los que ya están recuperados Hummels y también Boateng. La pareja titular de centrales alemana formará de inicio.

Con menos brillo pero igual mérito ha alcanzado Argentina una final especial por disputarse en suelo brasileño, el de su más acérrimo rival. Sabella sobrevivió a las críticas y al runrún constante por el mal juego del equipo. Es un hecho que no es una Argentina brillante pero también que defensivamente ha mejorado mucho. Por supuesto el plantel entregará todo como de costumbre en un partido que puede elevar todavía más alto a Messi, de quien siempre se dijo con razón que con la selección no rendía como en el Barça. Hay otros futbolistas tan importantes como él ahora mismo en la albiceleste, sin embargo. Hasta el último momento habrá que esperar a saber si juega uno de ellos, Di María. Otro aspecto que sopla a favor argentino es el ambiente. Unos 100.000 hinchas, por los 10.000 alemanes, han llegado hasta Río y la mayoría alentarán a su equipo desde la grada en busca del ansiado título. Sería el tercero de Argentina, por el cuarto de Alemania. Dos colosos en busca de la gloria. La gloria única que da ganar un Mundial.