Atletíco de Madrid - Athletic
El Athletic logra desnivelar los partidos en el centro del campo
El trio de lujo del Athletic en el centro del campo: Iturraspe manda, Mikel Rico golea y Herrera inventa. De Marcos lleva cuatro goles de mediapunta y Beñat no arranca.
El Athletic llega al Manzanares en su mejor momento. Y la clave del éxito está, sin duda, en el espectacular centro del campo que ha diseñado Ernesto Valverde. Comenzó con dudas y cambios, pero ya tiene un trío de lujo: Iturraspe, Mikel Rico y Ander Herrera.
El complemento entre los dos primeros llama poderosamente la atención. Rico está como quien dice recién llegado del Granada. Apareció de puntillas, eclipsado por la rutilante vuelta de Beñat a Lezama, y se ha destapado como un futbolista total. Se conocía su capacidad física, que le permite presionar sin desmayo los noventa minutos. Txingurri, dándole libertad hacia arriba, ha despertado su hambre goleador. Lleva siete tantos en 21 partidos, una burrada para un jugador con tanta tarea sin balón. Todos han sido en San Mamés, los dos últimos los que eliminaron al Betis en Copa.
Pero si hay un león que está dejando boquiabierta a la afición bilbaína y a los entendidos, ese es Iturraspe. Ya en el primer año de Bielsa tuvo actuaciones de relumbrón, como la inolvidable de Manchester. El Loco hablaba de él como del Busquets del Athletic y el tiempo le ha dado la razón.
Si bien tiene menor potencia en el balón dividido que el azulgrana, su limpieza en la distribución incluso le mejora. Gira como una peonza y juega en corto y en largo como si toda la vida hubiese sido el cerebro del Athletic. Tiene 24 años y Del Bosque le llamará.
Quizás confundido por su frustrada salida al United y perjudicado al ver adelantada su posición a la mediapunta, Herrera ha tardado en despertar. Enero ha sido el mes de despegue y a su invención ha sumado un par de goles en Liga. Aunque para acierto rematador el de De Marcos, con cuatro tantos, tres desde la suplencia.
Capítulo aparte es el de Beñat, llamado a ser titular y adelantado por todos los lados. No acompaña el ritmo de presión y anda mal a balón parado.