Beto minimiza al Athletic

Beto tenía una cuenta pendiente con el Sánchez Pizjuán desde el dos de noviembre, cuando un error inaudito delante de Álex López condenó al Sevilla ante el Celta. El portugués se puso en paz con Nervión al parar con destreza un penalti de Susaeta, segundo que falla esta temporada el Athletic de Bilbao y vigesimosexto de los últimos sesenta y uno. Valverde va a tener que ponerle deberes a sus 'especialistas', que fallan más de uno de cada tres tirados...

 Tal vez ahí se le fue al partido a los leones, que fueron más en líneas generales que el Sevilla, algo decepcionante en una tarde en la que debía anunciarse como aspirante a la Champions. Sin Rakitic, cedió el control a su rival y sumó un punto que se le hace digerible si se admite su última buena racha, pero insuficiente si se advierten sus sueños europeos. Este Sevilla, definitivamente, no está para delirios de grandeza. En cambio, al Athletic se le vio entero, con el ADN Valverde interiorizado y un fútbol con sentido. Su actuación fue convincente pero encontró el inconveniente del gol.

El partido no tuvo ni tiempo de cocción. Antes de tirar el huevo ya se habían metido los dos goles. El 1-0, gracias a la elaborada carta de estrategia de Emery, técnico creativo en la faceta que esta vez inventó un saque raso de Vitolo que Bacca vino a recibir al primer poste para habilitar a Alberto Moreno. El nuevo delfín de Del Bosque marcó un golazo y además se marcó un partido notable como interior.

Fue una de las novedades del Sevilla, que sin Rakitic se sintió menos que el Athletic sobre el papel y se creó un escudo. Ni eso (doble lateral izquierdo, Carriço de mediocentro) le dio estabilidad defensiva. A los dos minutos de adelantarse y con medio trabajo hecho, Reyes complicó en un pase comprometido a Fazio que añadió un error más a esa larguíma lista de errores que han dinamitado la carrera de un central con unas condiciones únicas pero con horchata en las venas. Toquero y Susaeta se fabricaron el empate y de ahí al descanso hubo empate a paradones: Gorka sacó un gran cabezazo de M’Biá y Beto, un tirazo de Muniain, que ha vuelto a los niveles de travesura que le convirtieron en Bart Simpson. Muniain fue un incordio para la defensa del Sevilla del minuto uno hasta el noventa, cuando pudo ser objeto de un penalti que Undiano, que ya es más diplomático que árbitro, no señaló.

Valverde invitó a sus jugadores a que fuesen a por el partido e introdujo a Aduriz. Su remate salvador no llegó (casi lo consigue en el 88'). Tampoco el de Bacca y se firmaron las tablas. El Athletic dejó buen poso. Mientras, el Sevilla trampeó hasta el final con cambios, contragolpes y ataques de raza que se aplauden pero que no pueden evitar un rastro de equipo algo menor. Sin Rakitic, e incluso con él, cuando el listón de la verdad sube, lo derriba.