Supercerrojo en la puerta que lleva al Mundial de Brasil 2014

Aún quedan países en Europa con más saunas que coches, lagos que futbolistas federados y que nunca estuvieron en un Mundial o una Eurocopa. O sea, Finlandia, la puerta por la que se va al Mundial y que estará bien vigilada. En el 69 nos ganaron 2-0 y nos apartaron de México 70. Hace cinco meses arrancaron un empate que obligó a la machada de ganarle a Francia en París. Aquella tarde de Gijón España tuvo un 78% de tiempo el balón, tiró 30 veces, sacó 17 córners y mandó 70 centros al área para comprobar que la posesión aprieta pero no ahoga. Valdés, con Casillas lesionado, fue el portero. Probablemente también lo será en el Olympiastadion porque su competidor no sale del banquillo y un portero no puede vivir sin portería.

También hay bajas, concentradas en dos puestos no nucleares para este partido. Faltan los tres mediocentros de cabecera, Xabi, Busquets y Javi Martínez, y corre el turno hasta Mario Suárez, con sólo 20 minutos de experiencia en La Roja. Pero ya fue 28 veces internacional en las categorías inferiores (de la Sub-16 a la Sub-21, campeón de Europa Sub-19) y es coetáneo en ellas de Piqué, Mata o Monreal. El equipo le resultará acogedor. Tampoco están Piqué y Puyol. Del Bosque se apañará con Albiol, siempre recambio y ahora con jerarquía en el Nápoles. Los demás resultarán familiares, con Villa y Cesc en su mejor momento en dos años y Xavi e Iniesta para recordar el modelo.

Finlandia es poca cosa pero promete cerrojo. Su técnico, Mixu Paatelainen, primer finlandés que jugó en la Premier y que tiene la baja por sanción de Hetemaj, no lo disimula: "Cada uno juega en función de sus recursos". Todo en su equipo pasa por Eremenko, uno de los 17 convocados que juegan fuera, y por lo que aguante su zaga, contra la que España se impone dos mandamientos: ensanchar el campo (se ensayó con Koke de lateral derecho, no se sabe si para el plan A o el B) y dar vértigo a la circulación.

Hará fresco. No se puede pedir otra cosa en el país de Santa Claus, con una cuarta parte de su territorio al norte del círculo polar ártico. Y apretará el público. Pero si España hace su trabajo estará virtualmente en Brasil, porque luego quedarán Bielorrusia y Georgia en casa. Dos marías muy marías.