ATLÉTICO DE MADRID
Óliver: "Simeone y Lopetegui son mis padres futbolísticos"
El canterano rojiblanco analiza para Eurosport sus intensos últimos meses. Acaba de renovar con el Atlético y se siente "en uno de los mejores clubes del mundo".
—En 2012 campeón de Europa Sub-19 con la selección y debut con el Atlético de Madrid, en el 2013 te erigiste en una de las piezas clave de la selección en el Mundial Sub-20 y te confirmaste en el primer equipo de tu club. Ya en este inicio de curso has sido convocado con la Selección Sub-21, ¿cómo has vivido estos dos años en los que tantas cosas han pasado?
—Muy bien, siempre con mucha ilusión. Por suerte tenemos un seleccionador que cuenta con los chicos jóvenes, que no mira la edad. Jugadores como yo, Suso, Saúl Ñíguez o Jesé somos de menor edad en esta selección y ver que el trabajo que hacemos diariamente es recompensado de esta manera te hace tener más ganas y más motivación para seguir trabajando.
—Además, entre el bagaje que has vivido con tu club y en tu selección has acumulado grandes éxitos (Europeo Sub-19 o la Copa del Rey) y también decepciones importantes como la eliminación del Mundial Sub-20, ¿sientes que has crecido con cada situación que ha ido acaeciendo?
Sí, pero estoy seguro de que se aprende mucho más en la derrota que en la victoria, porque cuando todo va bien es muy fácil que la gente te apoye, pero cuando un equipo cae derrotado y te sientes sólo, ahí es cuando más tienes que aprender para saber mirar hacia adelante y poder conseguir cosas bonitas. Por suerte, he vivido ya muchas alegrías y decepciones y espero poder seguir haciéndolo durante muchos años.
—Ahora se os abre una nueva oportunidad a la generación del 93/94 con esta Selección Sub-21, tenéis el listón muy alto después de la victoria en los dos últimos europeos de la categoría, ¿cómo afrontáis el reto sabiendo que la exigencia va a ser si cabe mayor por estos recientes éxitos?
—Es dificilísimo. Lo que se ha conseguido hasta ahora en los años anteriores ha sido maravilloso, además desplegando un fútbol fantástico. Nosotros intentaremos seguir esa dinámica, esa filosofía de juego que, al fin y al cabo, es la que ha llevado a España a estar donde está a día de hoy. La verdad que presión no llevamos ninguna, sabemos que estamos haciendo las cosas bien y, en un futuro, cuando se nos presente la oportunidad de disputar el Europeo, si en esta clasificación nos va bien, creo que daremos la cara por España.
—¿Qué supone la presión para ti, cómo se convive con ella?
La presión es algo que es bueno que todo jugador la tenga. Sin presión un jugador no daría el máximo. Para mí la presión es saber que cuando sales a un terreno de juego tienes que dar el cien por cien, porque hay mucha gente que se fija en ti, que se alegra por cómo lo haces, y también hay mucho sufrimiento detrás, que no se ve, pero que está ahí. Por todo ello, cada vez que sales al campo lo tienes que dejar todo, porque no te puedes ir a casa con la sensación de no haberte vaciado.
—¿Sientes que pesan mucho las camisetas de una selección tan importante como la de España y la de un club tan laureado como el Atlético de Madrid?
—No, no pesan en absoluto, al revés, es un privilegio enorme estar tanto en la selección como en mi club. Siento que estoy en uno de los mejores clubes del mundo y lo único que siento es un orgullo enorme por poder vestir ambas camisetas.
—En tu corta carrera profesional hay dos personalidades que te han marcado mucho en estos últimos años tanto en el club como en la selección y son los dos técnicos; Cholo Simeone y Julen Lopetegui, ¿qué similitudes y diferencias ves entre ellos?
—Son mis padres futbolísticos. Tienen dos visiones diferentes de ver el fútbol. El Cholo es más garra, más fuerza, más presión, más ganar, mientras que Julen es la tranquilidad, la pausa, el tener el control, el abrir los huecos para encontrar los pases y los espacios suficientes para hacer gol. En la selección, Julen Lopetegui ha sido un pilar fundamental para mí, desde la Sub-18 apostó por mí y desde entonces todo me ha ido mucho mejor, por lo que siempre le estaré agradecido. En cuanto al Cholo no era fácil que apostara por mí y trabajó mucho conmigo cuando no estaba bien. Para mí son y serán siempre mis padres futbolísticos.
—Ambos técnicos han sido, además, muy cuidadosos en este proceso, yendo paso a paso contigo y en tu proceso de confirmación tanto en el club como en la selección, ¿siempre asumiste con naturalidad ese progresivo crecimiento dentro del club y el equipo nacional?
—Sí, siempre lo he llevado con mucha tranquilidad, sabía que el proceso estaba siendo bueno, aunque la gente que lo ve desde fuera pudiera no opinar lo mismo. Siempre estuve tranquilo porque sabía que se estaba trabajando bien, que la gente confiaba en mí, que me cuidaban. Por eso fue tan importante la confianza que siempre tuvo Lopetegui en mí, el año pasado hubo algún momento en el que yo no jugaba en el filial del Atlético de Madrid y él siempre apostaba por mí para traerme a la Selección Sub-19 y, quieras o no, cuando vienes a la selección, luego siempre vuelves a tu club con una confianza que antes no tenías.
—¿Cómo de importantes han sido tus compañeros de equipo y selección en tu crecimiento como jugador?
—Por mi juventud solamente he jugado en el Atlético de Madrid y espero poder estar siempre en el club, pero lo que sé es que en el Atlético somos un grupo, una familia y que no hay diferencias entre el más grande y el más pequeño. Sabemos que todos somos iguales, todos nos apoyamos y nos damos consejos, que David Villa es el más humilde, que todos trabajamos por un mismo objetivo. Al final eso es lo más bonito del fútbol, que más allá de jugar, siempre acabas formando un grupo de amigos en los que apoyarte.
—Una vez que ya te has inmerso de lleno en el fútbol profesional, ¿te da tiempo a seguir disfrutando día a día del fútbol, de los éxitos e incluso de los fracasos?
—Sí, realmente cambia mucho la situación con respecto al pasado. Ahora te lo tienes que tomar de verdad como un trabajo, aunque creo que cuando tú disfrutas de algo dejas de verlo como tal. Sé que cada vez que toco un balón o salto a jugar al campo, aunque dé un pase o cien mal , solamente por el mero hecho de tocar un balón eso ya es un disfrute para mí. Por eso siempre estaré agradecido de poder estar donde he querido y disfrutar de lo que hago.