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Celtic - Barcelona

Miku: "Que ahora hablen de antifútbol, les ganamos"

La situación de Miku en el Getafe era insostenible y por eso el club decidió cederlo al Celtic, donde experimenta grandes alegrías como "ganarle al mejor equipo del mundo".

GlasgowActualizado a
Miku.
Fernando Zueras

Sigue acumulando resultados favorables contra el Barcelona.

Eso parece. Con el Valencia, Emery me dio cerca de 20 minutos en un empate a cero y con el Getafe les ganamos la pasada temporada en el Coliseum en un choque vibrante. Lo conseguido en Celtic Park es una gran alegría. Habíamos preparado a conciencia los dos partidos. En el Camp Nou estuvimos muy cerca de lograrlo; el miércoles pudimos conseguir el objetivo.

Pocos lo esperaban.

No serían seguidores del Celtic. Todos sabíamos a quién nos enfrentábamos y fuimos al estadio con las cosas claras y teniendo mucho respeto. La Champions es una competición dura, pese a que uno crea que lo puede tener todo hecho. Había que jugar el partido y ahora podemos soñar con estar en los octavos de final.

Hay quien se atreve a decir que lo suyo fue el antifútbol.

La gente que diga lo que quiera, pero esta es una de las pocas maneras que hay para ganarle al Barcelona. Meterte atrás y ser efectivos arriba. Otros equipos con mejor plantilla que el Celtic que lo intentaron y se quedaron en el intento. ¿Qué equipo del mundo no se defendería para ganar al Barcelona? Todos tendrían sus armas en las que también entra en juego la suerte, sin duda. Fíjese todo lo que se dijo después de la semifinal entre el Barcelona y el Chelsea: que si el equipo de Di Matteo esto, que si lo otro Ya nadie recuerda eso y sí que tienen presentes que Torres y Mata, por ejemplo, ganaron la Champions ante el Bayern.

Siendo un equipo católico, ¿habrán rezado todo lo que sabían y más?

Aquí hay de todo, pero sí, se apareció la Virgen de Guadalupe y todos los santos que estaban con ella.

Tuvieron un 11 por ciento de posesión (lo equivalente a tener el balón algo más de seis minutos) durante el partido.

Vale, pero ganamos, ¿no? Sabíamos que iba a ser un partido en el que tendríamos poco la pelota y que la inteligencia tendría mucha importancia. El ejemplo es lo que le pasó al Rayo en la Liga, por mucho que luego hablase su entrenador que nunca ha jugado en Champions League (Paco Jémez comentó que le daría vergüenza jugar de manera tan defensiva como lo hizo el Celtic en el Camp Nou). Si sales a jugarle al Barcelona de manera alegre, te acaban metiendo cinco y pintando la cara. El fútbol es para gustos y colores. La paleta es muy grande.

¿Esa manera de jugar compensa al aficionado?

No siempre es así. El hincha del Celtic está acostumbrado a ver a su equipo manejar el control del partido, a tener posesión y a ver muchos goles. Pero tontos no son y a ellos lo que les vale ahora, como al resto del equipo, es que ganamos al Barcelona, el mejor equipo de la historia, y que dependemos de nosotros para pasar a octavos de final.

¿Cuántos partidos del Barça vieron para preparar el partido?

Cuatro. El del Celta completo en una concentración la semana pasada, el del Rayo y los de Champions ante el Benfica y el Spartak de Moscú.

¿Qué le pide el técnico?

En el fútbol británico, a diferencia del de ustedes, priman otras cosas por encima de la técnica. Aquí las jugadas de estrategia no se practican en los entrenamientos; esa asignatura la debes tener aprobada hace tiempo. No hay secreto: balón al área y a buscarse la vida para ver cómo acaba. Si metes gol, perfecto, si no, a buscarlo en otro intento.

¿Vio sufrir al Barcelona?

Le doy la vuelta: vi acierto nuestro. Wanyama supo leer muy bien la segunda jugada y cabeceó con acierto.

¿Le sorprendió la defensa del Barcelona?

Encajaron pronto y eso les condicionó. Pero nunca perdieron interés por la pelota, nunca, y eso es significativo.

¿Cuándo vio el partido ganado?

Hasta que no pitó el árbitro. Hubo un momento de miedo, después de que Messi hiciese el 2-1. En el último partido de Liga (ante el Dundee), nos empataron en cuatro minutos (del 89' al 93'). Teníamos la victoria amarrada entonces, por lo que hasta que no nos metimos en la ducha no celebramos por si acaso.

¿Qué aprendió en este tiempo en Glasgow?

A valorar la organización y la estructura del club, la pasión por los colores de los aficionados. Quiero disfrutar de esta aventura esta temporada, después de diez años en España. No acabé bien en Getafe, salí rebotado y de malas maneras con faltas de respeto constantes y amenazas continuadas. No fueron honestos conmigo. Me querían vender, algo que entendía, pero no que me obligasen a ir a un sitio al que no quería ir, ya que mi esposa habría tenido que ir todo el día con la cabeza cubierta.

¿Dónde?

Eso es lo de menos.

¿Tiene la sensación de haber descansado?

Me liberé, la verdad.

Lo que sí que tiene el Celtic es una afición entregada.

Vengo de jugar en un equipo (Getafe) con un estadio un poco frío. Jugar para ellos ahora es muy motivador y me recuerdan cuando jugaba eliminatorias en América. Es algo muy bonito.